¿Cómo puede ser que Huguito, que era mi aliado hasta no hace mucho, ahora me haga una huelga en la isla con el transporte de mercaderías en las carretillas?, se preguntaba parlanchina caminando de un lado para otro dentro de la choza imperial.
No se haga problema parlanchina, le dijo Willy Dark, ya mismo le mando a incautar las carretillas por desabastecer el mercado interno. Eso, incautemos las carretillas de la isla, dijo Abalito que, como el resto de los funcionarios, siempre querían agradar a parlanchina.
No es mala idea, dijo parlanchina, pero, ¿y quiénes van transportar las mercaderías en las carretillas?, pensó en voz alta parlanchina. Podemos decirles a los muchachos de La Compota que se hagan cargo, respondió Willy Dark.
Ni se te ocurra Willy, le dijo parlanchina, ellos están para otra cosa. Para conspirar en la exclusiva zona de la isla El Puerto de los Maderos, para ver cómo retenemos el poder sin la plata que teníamos antes.
¿Cómo venimos con la recaudación de palmeras? le preguntó parlanchina al ente que se encargaba de perseguir a los que pensaban diferente en la isla y de paso recaudar impuestos.
Venimos complicados, a precios de palmeras constantes la recaudación está estancada. Y si la actividad económica en la isla no reacciona, vamos a tener más problemas.
¿Y por qué no recaudamos cada vez más si a los isleños los estamos exprimiendo como a un limón con la carga tributaria? ¿Qué pasa? Llamen al náufrago porque intuyo que aquí hay una rebelión fiscal.
Llegado el náufrago, parlanchina lo encaró de entrada: ¿qué conspiración hay en esta isla que tenemos problemas con la recaudación y Huguito se quiere hacer una huelga de carretillas? ¿Qué están tramando con los fondos buitres, el FMI, el diario de la corneta, los jueces, los productores agropecuarios, los periodistas, los economistas, los sindicatos, los almacenes de la choza, los intendentes de la isla y…quién más me falta? le preguntó a Me Bajaron la Palanca. Todos los que no apoyan el modelo, su majestad, respondió Me Bajan la Palanca.
Bueno, ¿qué tiene para decir? inquirió parlanchina al náufrago.
Me parece que cobran tantos impuestos que se fueron del otro lado de la curva de Laffer, respondió el náufrago.
¿No tenemos ningún camino con una curva que se llame Laffer en esta isla? ¿No sé qué me quiere decir?
Le explico, respondió el náufrago. Arthur Laffer escribió hace mucho tiempo que, llegado un punto de aumento de la presión tributaria, se recauda menos.
¿Cómo es eso? interrogó parlanchina.
¿Me permite usar ese pizarrón?, preguntó el náufrago.
Adelante, dijo parlanchina.
En el eje vertical se muestra la recaudación de impuestos y el eje horizontal la tasa del impuesto que cobran Uds.
Si Ud. ponen una tasa a los ingresos del 0% recaudan 0 palmeras. Si ponen una tasa del 100% de impuesto también recaudan cero palmeras porque nadie va a trabajar para que le quiten todo el fruto de su trabajo. ¿Entendieron este concepto?, pregunto el náufrago.
Obvio, no somos tontos, dijo parlanchina.
Bueno, ahora supongamos que Uds. establecen un impuesto del 5% sobre los ingresos. En este ejemplo Uds. recaudan 9 palmeras. Si lo suben a 10% recaudan 17 palmeras, si lo aumentan a 15% recaudan 24 palmeras. Es decir, en la medida que van aumentando la tasa del impuesto van recaudando más.
Y eso es lo que venimos haciendo, exclamó parlanchina.
Déjeme termina, le pidió el náufrago. Como le decía, a medida que Ud. va aumentando la carga impositiva, consigue recaudar más impuestos, pero llega un punto en que si Ud. aumenta más la tasa del impuesto, empieza a recaudar menos. En el ejemplo del gráfico su punto máximo de impuesto es el 50% en que recauda 50 palmeras. Si Ud. lleva la carga tributaria al 55% no va a recaudar 55 palmeras, va a recaudar 48. Y si continúa subiendo la tasa del impuesto, recauda cada vez menos. Por ejemplo, llevar la tasa del impuesto a los ingresos al 70% le baja la recaudación a 39 palmeras. Y si se empecina y sigue subiendo la tasa de los impuestos cada vez recaudará menos. En síntesis, en su voracidad fiscal, Uds. se fueron del otro lado de la curva de Laffer y recaudan cada vez menos.
¿Pero si nosotros subimos los impuestos y la gente paga menos quiere decir que evaden y eso es un delito? dijo parlanchina.
Esa puede ser una razón, aunque hay que discutir si es un delito o un derecho de los ciudadanos a defender el fruto de su trabajo. Pero no solo recauda menos porque más gente trabaje en negro, también recauda menos porque la gente sabe que si trabaja más Uds. se quedan con todo el ingreso marginal que logró. Si el isleño se esfuerza por genera un ingreso adicional de 10 palmeras y Uds., en nombre de los impuestos progresivos, le quitan 12 palmeras, ¿cuál es el estímulo que tiene el isleño para producir más? Uds. no esquilman al contribuyente, directamente lo matan. Destruyen al que genera los recursos para mantenerlos a todos Uds.
Esas son teorías del Consenso de Washington, dijo Willy Dark a los gritos. Uds. los isleños son especuladores. No quieren vender el trigo, ni las mercaderías que tienen al precio que yo sabiamente les ordené vender. Solo buscan especular. Se guardan las mercaderías y corren al dólar. Uds. atacan a las palmeras que emite Merche con su comportamiento imperialista y egoísta.
Vea, le dijo el isleño, el mismo criterio de la curva de Laffer puede usarse para el impuesto inflacionario que Uds. aplican salvajemente. Si la tasa de inflación se mantiene baja, la gente no huye de las palmeras que emite Merche como moneda. Ahora, si Uds. aumentan la tasa del impuesto inflacionario emitiendo más palmeras, la inflación sube y la gente busca refugio en activos que la defiendan de ese impuesto. ¿Cómo lo hacen? Quedándose en bienes que sean refugio contra la inflación o comprando dólares.
¿Eso es especulación? Gritó Willy Dark. A las tiendan que no vendan al precio que yo les fijo les voy a clausurar el negocio, siguió gritando mientras golpeaba sobre la mesa con furia.
Lo que Ud. pretende, le respondió Willy Dark, es que los dueños de las tiendas de la isla vendan las mercaderías que tienen en sus estanterías a un precio menor al que luego van a tener que pagar para reponer su stock.
¿Qué me quiere decir con eso? protestó Willy Dark.
Si el dueño de la tienda vende el jugo de coco a 10 palmeras y luego, cuando va a comprar más jugo de coco para reponer en la estantería su stock, tiene que pagar 15 palmeras, perdió su capital de trabajo. Lo que Ud. pretende es financiar el populismo licuando el capital de trabajo de los dueños de las tiendas. Como ya no tienen cómo financiarse, pretenden sostener la fiesta de consumo hasta las próximas elecciones en la isla, destruyendo el stock de capital de trabajo de los comerciantes.
Lo que Uds. han hecho, continuó el náufrago, es hacer tanto populismo para conseguir los votos de los isleños que ya no les queda forma de seguir financiando esa fiesta artificial de consumo. Lo que Ud. pretende es que los dueños de las tiendan le financien la campaña electoral a parlanchina consumiendo su stock de capital para sostener el consumo artificial. Porque si además se les cae el consumo, encima se les va a caer la recaudación. Por lo tanto, Merche tendrá que emitir más hojas de palmera, habrá más inflación y más huida de las hojas de palmera. Nadie las querrá y se refugiarán en el dólar y en los bienes.
Mire, le dijo parlanchina, eso de la curva de Laffer es pura teoría, la gente tiene la obligación de pagar sus impuestos. Ud. está llamando a una rebelión fiscal.
En nombre de la santa recaudación Ud. no puede pedirle a la gente que se transforme en esclavos de Uds. quitándoles más de la mitad de sus ingresos en impuestos, contestó el náufrago. Además, si uno ajusta la carga tributaria que hay en esta isla por la calidad de los servicios que Uds. prestan, la carga tributaria tiende a infinito. La gente paga impuestos para tener seguridad y no se puede caminar por la isla sin que lo roben. Paga impuestos para tener salud y los dispensarios son un desastre. Paga impuestos para tener educación y nunca hay clases. Uds. usan los impuestos para llenar la administración de la isla con parásitos de La Compota. Encima, hay corrupción. Se roban la plata de los pocos caminos que construyen, que tienen un costo mayor al de mercado. ¿Con qué derecho pueden Uds. exigir moralmente que los isleños paguen impuestos si se roban la plata y la gastan en financiar a los de La Compota?
¡Esos es rebelión fiscal! gritó el patilludo que se las tira de economista. Además no es parlanchina ni Willy Dark ni nadie del gobierno que sube los precios, son los voraces dueños de las tiendas.
Dos cosas le voy a aclarar, dijo el náufrago, mirando a patilludo. En primer lugar Ud. dice que ni parlanchina, Willy Dark ni ningún funcionario de la isla aumenta los precios, sin embargo esta semana, la empresa estatal que vende el combustible en esta isla aumentó dos veces, en la misma semana, el precio de los combustibles. ¿Y sabe qué?, agregó el náufrago, Ud. señor patilludo es uno de los directores de esa empresa estatal que aumentó el precio de los combustibles en la misma semana.
Sobre lo de la rebelión fiscal, lean historia. Vean por qué el rey Juan Sin Tierra tuvo que firmar la Carta Magna luego de ser derrotado en las afueras de Londres. O vean por qué se produjo la revolución francesa o la rebelión de las colonias americanas que terminó en la independencia de EE.UU. de Inglaterra. Lean y van a ver que fueron rebeliones fiscales por el abuso de los monarcas para esquilmar a los habitantes y colonos los que desataron crisis políticas.
No me venga con historias ridículas, respondió parlanchina. Acá hay que recaudar. ¿Qué sugiere? Le preguntó al náufrago.
Le sugiero bajar los impuestos.
¿Cómo? gritaron todos los presentes.
Obvio, contestó el náufrago. Vean de nuevo el gráfico que les dibujé en el pizarrón, mientras se paraba y caminaba hacia el pizarrón. Si Uds. siguen moviéndose en el sentido de la flecha A B del gráfico, cada vez van a recaudar menos. La gente trabajará en negro, otros preferirán trabajar menos porque si trabajan más pagan más impuestos que lo que les ingresa por su esfuerzo adicional y otros se irán a trabajar a las islas vecinas. Vean cuantas chozas están vacías porque cierran tiendas por falta de ventas. Vean cuantos inversores de islas vecinas se van de nuestra isla porque no pueden importar, tienen que pagar impuestos siderales y, encima, no pueden girar sus utilidades a las islas de las que provienen.
Ahora, si Uds. recapacitan y se mueven en el sentido de la flecha D E del gráfico, bajando la tasa de los impuestos, entonces recaudarán más. Cuanto menor sea la tasa del impuesto, menor es el premio por evadir. Si la gente tiene que pagar un impuesto bajo, optará por no evadir porque el beneficio de evadir es muy reducido. En cambio si el impuesto que cobran es muy alto, el beneficio por evadir es muy alto y estimulan el trabajo en negro, el no trabajar, trabajar menos o irse a islas vecinas a trabajar.
Lo suyo es pura teoría dijo parlanchina. Acá hay que pagar los impuestos sí o sí, porque yo tengo el 54% de los votos de la isla y eso me da derecho a establecer la carga tributaria.
Se equivoca, a Ud. no le dieron el monopolio de la fuerza para robarle a la gente usando el monopolio de la fuerza que se le confió para defender el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de los habitantes de esta isla. Ud. viola los derechos de los isleños a tal punto que va a sufrir una rebelión fiscal. En rigor ya la sufre porque nadie quiere las palmeras que emite Merche y la gente está agotada de trabajar para pagar impuestos y no recibir nada a cambio. Si quiere seguir así, siga, pero aquí le dejo algunos libros sobre la historia de las rebeliones fiscales. Después de leerlos, piense si va por buen camino o tiene que cambiar.
Puede irse, conspirador. A mí no me presión ni extorsiona nadie.
Una vez que se fue el náufrago, parlanchina le dijo a Abalito. Llamá al EAL y decile al jefe del EAL que le mande una inspección al náufrago. Vamos a meterle miedo con el EAL por ser opositor a mi gobierno.
Como Ud. mande, dijo sumiso Abalito, pero, ¿qué es el EAL? preguntó Abalito.
El Ente de Afano Legalizado, dijo parlanchina. ¿Cómo pensás que nos mantenemos en el poder en esta isla? Haciendo legal el afano del trabajo ajeno. Al robo le damos un aspecto legal llamándolo impuesto progresivo para la inclusión social. ¿Ahora te avivaste Abalito cómo se roba al amparo de la ley?
Fuente: Economia para Todos