Anticipándose a la carrera presidencial de 2015, el candidato a diputado e intendente de Tigre Sergio Massa conformó un importante equipo económico para elaborar proyectos en el Congreso tendientes a combatir la inflación y el desempleo juvenil, considerados dos de los principales problemas de la economía.

Los tres economistas a los que Massa consulta en forma permanente son el ex presidente del Banco Central (2004-2010) Martín Redrado, el ex ministro de Economía Miguel Peirano y el director de la consultora Analytica, Ricardo Delgado.

Redrado presidió el Banco Central durante las presidencias de Eduardo Duhalde y de Néstor y Cristina Kirchner, hasta que fue echado por oponerse al uso de las reservas para pagar la deuda. Peirano fue secretario de Industria y ministro de Economía de Néstor Kirchner, y renunció a este último cargo cuando entendió que perdería la batalla contra Guillermo Moreno para normalizar el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y luchar contra la inflación. En 2009, la presidenta Cristina Kirchner lo convocó nuevamente para el cargo, pero rechazó la oferta.

Así, Massa, ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, logra equilibrio entre Redrado -de buenos contactos con el sector financiero y otros gobiernos- y Peirano, con amplios e históricos lazos con el sector industrial.

Por su parte, Delgado trabajó en el Ministerio de Economía, fue subsecretario de Tránsito y Transporte porteño y economista de la consultora Ecolatina (fundada por el ex ministro Roberto Lavagna), antes de fundar su consultora, Analytica.

A ellos se suma el ex presidente de la UIA y ex ministro de la Producción José Ignacio de Mendiguren, quinto candidato a diputado nacional en las listas del Frente Renovador de Massa.

Massa -que mantiene un diálogo cordial pero no tan intenso con el ex ministro Roberto Lavagna- explicó a LA NACION que buscó armar "un equipo importante para aprender de los que tienen más capacidad, poniendo el foco en el empleo y en la inflación".

Aunque arrancaron hace poco, ya surgieron varias ideas sobre los principales problemas de la economía, según comentaron los tres economistas y Mendiguren en diálogo con LA NACION. La intención es reflejar este debate primero en un documento y, en el futuro, en una fundación.

Respecto de la inflación, Delgado indicó que "primero hay que reconocer el problema, al empezar a medir bien la inflación con el nuevo índice de precios al consumidor, porque estos datos generan una inercia importante después de 5 años de inflación al 20 por ciento anual. Además, hace falta una mesa de concertación entre el capital y el trabajo para discutir salarios cada dos años, de modo de dar más espacio a la inversión".

Peirano agregó que "técnicamente no hace falta bajar la inflación con un ajuste, sino generar una tendencia declinante, por medio de reglas económicas consistentes y duraderas". Al respecto, opinó que "el congelamiento de precios no es viable, al prohibir la suba de algunos productos en un contexto en el que no se toman medidas centrales para reducir la inflación".

Al referirse al mercado laboral, Peirano expresó que "el sector privado tiene un enorme potencial de creación de empleo si se ordena la política económica y se dejan de tomar medidas erróneas, como se observan, particularmente, en los últimos meses".

Massa, explicó Redrado, le pidió al equipo que ponga particular énfasis en los jóvenes que se ubican entre los llamados "ni ni" (que ni estudian ni trabajan), que sufren una tasa de desempleo del 20 por ciento.

Los economistas también trabajan sobre reformas en el sistema tributario: "Hay que darle un tratamiento diferencial a la reinversión de utilidades, promover la reinversión del capital y poner como pago a cuenta del impuesto al cheque una parte de los aportes patronales para generar más empleo", explicó Redrado.

Para salir del cepo, Peirano afirmó que "con el nivel de reservas, el alto precio de los productos agrícolas y sus derivados y el propio saldo de la balanza comercial externa, no debería haber ningún problema cambiario ni existir un dólar ilegal". Mendiguren subrayó que "hay que abandonar la vía de la devaluación como proceso de resolución de los problemas de competitividad y abordarlo de forma integral".

Respecto de la política crediticia, propuso "lograr que el Banco Central deje de ser la chequera del Gobierno y, además, utilizar en forma más transparente los recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, para potenciar el crédito hipotecario y, en general, los préstamos de largo plazo".

Respecto del financiamiento externo, Delgado apuntó: "Hay que lograr créditos de los organismos multilaterales para obras de infraestructura. Eso requiere terminar con los pasivos en default que, aunque el Gobierno no generó en su totalidad, tampoco resolvió. Dando la discusión con los acreedores ya cambiarán las expectativas y mejorará el acceso a esos fondos".

Delgado afirmó que el blanqueo "puede ser exitoso para dinamizar el mercado inmobiliario. Pero no veo un éxito rotundo ni un cambio en el escenario macroeconómico por esta medida, porque no cambiaron las condiciones de política económica por la cual se fueron 70.000 millones de dólares en los últimos cuatro años".