Costos en alza, dificultades para cobrar las tarifas orientativas y pérdida de trabajo por la concentración de labores en la cosecha gruesa debido a la caída del área con trigo. Esos factores están llevando a la crisis a los contratistas de maquinaria agrícola, responsables de recolectar entre 65 y 70% de la cosecha. Hay alertas: no renuevan equipos con la misma frecuencia que antes e incluso hay gente que va saliendo de la actividad.

Omar Vaudagna, un contratista que tiene dos cosechadoras y que por estos días se encuentra trabajando en La Cocha, en el sur de Tucumán, sabe de esas peripecias. "Los precios del contratista están cada vez más bajos. Este año no se llegó a cobrar más de un 10% de lo que fue el ciclo pasado", explicó.

Como expresa el presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), Jorge Scoppa, si un contratista puede renovar su equipo eso es un indicador de que está bien. A Vaudagna eso lo desvela. "Tengo una máquina de 1996 y otra que compré a principios de 2012. Está complicado poder renovar la máquina más vieja", cuenta.

No es el único que se intranquiliza. "Ya hace varios años que no renovamos maquinaria, ya que cuando no se hace un recambio gradualmente hará que pensemos en achicar más que en agrandar", expresó Jorge Zunino. Tiene 5 cosechadoras y trabaja en Rojas y la zona, Catamarca y Tres Arroyos, en el sur bonaerense. "La última máquina que pude renovar fue hace tres años", detalla.

Este contratista posee un registro meticuloso de cómo los costos vienen avanzando sobre la actividad. "En el caso de los combustibles el incremento ha sido del 31% por año tomando las últimas tres campañas; en personal, el 30% por año y en repuestos, un 15%", detalló.

Los contratistas son actores clave de la agricultura, pero hoy enfrentan un escenario complicado.

De acuerdo con Zunino, esto se contrapone a las tarifas, que no siguen los costos. "Se arma la tarifa de cosecha contemplando la variación de los costos, pero no se llegan a respetar estos valores", dijo.

En este contexto, Scoppa reveló que pese a las tarifas orientativas que publica la entidad se cobró en torno de 15% menos. "Se cobró menos porque al productor le parecía cara y por la competencia de máquinas. Con lo que se cobró apenas sirve para mantener los equipos, pero hay cero inversión", afirmó.

La preocupación por los costos es un elemento común. "Los costos fijos -por ejemplo, gasoil e insumos o repuestos de máquinas- van de la mano del dólar blue y nosotros estamos cobrando con un dólar menor al oficial", se quejó Fredy Simone, presidente de la Asociación de Contratistas Bonaerenses.

Simone tiene 8 cosechadoras y 3 sembradoras. "Es casi imposible renovar", sentencia.

En Facma tienen una radiografía por segmento de contratista, ya sea grande [con 4 a 8 cosechadoras], mediano [de 2 a 4 máquinas] y chico [de 1 a 3 máquinas].

"El grande, que representa el 10% de los contratistas, cambiaba un implemento por año, pero ahora no lo hace y mantiene el capital con lo justo. Entre los contratistas medianos, que son el 50%, cambiaban las máquinas cada dos años y ahora dicen que van a aguantar hasta ver qué pasa el año que viene. Mientras tanto, el chico, que es el 40% de los contratistas, por ejemplo, quiere pasar de una máquina axial pero no puede", indicó Scoppa.

El presidente de Facma ponderó, no obstante, que por los créditos primero al 8% y luego al 6,5% del Banco Nación a los contratistas que tomaron préstamos les quedó barato su pago por la inflación. "Pero eso no es mérito de mayores ganancias, sino que la inflación lo amortiguó", aclaró Scoppa.

Para tener en cuenta, una cosechadora axial de chica a mediana ronda los US$ 400.000, mientras que una máquina axial grande y con cabezal draper toca los US$ 600.000. Los precios aumentan en torno de 2% por mes.

Hernán Sánchez, contratista con cinco sembradoras y dos cosechadoras de la zona de Daireaux, hizo otra comparación. Mientras hace unos años se necesitaban 285 toneladas de soja para comprar una sembradora, hoy se requieren unas 466 toneladas.

Menores labores

Según los contratistas, la menor siembra de trigo, de 2 millones de hectáreas menos que en 2003, está afectando la actividad. Por el contrario, lo que se está dando es una concentración de labores para la cosecha gruesa, que no hace optimizar los equipos. "Solamente en Rojas cosechamos aproximadamente 7500 hectáreas y lo que vemos en las últimas dos campañas es una disminución de hectáreas en el orden del 5% por año", contó Zunino. "Prácticamente se hace una cosecha menos al año por el trigo y entonces sumamos menos hectáreas", acotó, por su parte, Simone.

Por supuesto que en algunas zonas, como en el centro oeste, las adversidades climáticas también ocasionaron menos trabajo.

"El factor que impidió el normal desarrollo de las actividades fue el clima, por la inundación, seguida de una seca en enero. En el caso particular de nuestra empresa de servicios realizamos un 38% menos", enfatizó. Según Sánchez, hoy la ecuación económica "no cierra" y en el mejor de los casos alcanza para mantener la estructura. "Pero ni pensar de encarar un proyecto de inversión", remarcó.

En Facma, que agrupa a 3500 de los 11 a 12.000 contratistas que existen en el país, creen que estos actores están preparados para trabajar mucho más. "Hace cuatro años que venimos con una producción parada, con tope en 100 millones de toneladas y el contratista está preparado para mucho más", concluyó Scoppa.

DIXIT

"Ya hace varios años que no renovamos maquinaria y nos preocupa sobremanera esta situación. Con estas políticas [del Gobierno] los números del contratista van quedando más desfasados de la realidad"

Jorge Zunino
Contratista

"El contratista está bien cuando cambia un implemento. Conozco socios que todos los años renovaban una máquina, pero ahora no la cambian"

Jorge Scoppa
Presidente de Facma

La rentabilidad depende de la gestión y manejo que cada contratista realice. Como en todos los rubros, todo pasa por la competitividad desarrollada en su labor"

Andrés Méndez
Inta Manfredi