Agrositio se comunicó con un productor de soja, maíz y trigo en las provincias de Entre Ríos y Córdoba, quien afirmó que “en la zona de Entre Ríos el año pasado los valores de alquiler estuvieron en 8 quintales por hectárea, y esta campaña están renovando los a 7,5 quintales por hectárea”. También se refirió a la metodología de pago del mismo que varió con respecto al 2012. En ese momento se solía pedir entre un 60 y un 70% de adelanto, mientras que actualmente los pagos son entre 30 y 50 por ciento por adelantado.
“El año pasado hubo muy pocas lluvias en enero y febrero y esto hizo que el promedio estuviera en 20 o 21 quintales en Entre Ríos, con un rinde de indiferencia de 20 quintales, entre arrendamientos más el costo de implantación. Este año los costos de implantación subieron y estarían en el orden de 12 quintales, por eso hay que negociar, sí o sí, los rendimientos a la baja para que la cuenta cierre”, aseguró el productor entrerriano.
“Otro factor a tener en cuenta es el tema de la devaluación del dólar ya que el año pasado, con respecto al oficial, se devaluó un 60%. La mayoría de los productores que pueden sembrar en otros países lo harán, ya que no se quedarán aquí donde la moneda se está devaluando”, declaró.
“En todas las zonas aumentó mucho el costo de los fletes y los servicios. En el caso de Córdoba, un flete barato esta en 260 pesos por tonelada, cuando el año pasado estaba en 200 pesos. En zona núcleo se estima que la baja de arrendamientos será de 20 quintales”
Por otra parte, cabe destacar que lanación.com informó que en materia de precios, los campos de la zona núcleo que estaban en 20 quintales se negocian en 18 a 17. En el centro bonaerense, los que estaban en 12 o 13 quintales ahora se encuentran dos quintales menos. De igual modo, en el Oeste, los buenos establecimientos que rondaban 11 a 12 quintales en este ciclo se ubicarían en el rango de 8 a 10 quintales. En algunas zonas, como Tres Arroyos y San Cayetano, los valores tienden a mantenerse con 9 a 10 quintales.
Asimismo, hay mayores costos para producir, presión impositiva en alza y magros resultados obtenidos en las últimas dos campañas en varias zonas debido a cuestiones climáticas. En ese combo está la explicación de lo que por estos días se observa en el mercado de alquileres: negociaciones atrasadas, bajas de entre el 10 y el 15% en los contratos que sí se cerraron y más casos que, a diferencia del ciclo pasado, dividen el pago en cuotas, no al contado, e incluyen la cancelación contra un porcentaje de la producción.
Sucede que muchos arrendatarios están preocupados por los montos que hay que arriesgar en la nueva campaña, a partir del incremento del costo de los servicios y el combustible, y de la caída de precios que se observan en la Bolsa de Chicago, todo lo cual eleva los rindes de indiferencia para nivelar ingresos y gastos. Algunos propietarios que se niegan a entrar en esquemas en aparcería, aceptan dividir el alquiler en varios pagos.