Los autores del documento afirman que, en los últimos 10 años, la producción de alimentos ha disminuido y en cambio el consumo, debido al aumento del nivel de vida en los países desarrollados, se ha incrementado.
"Causa preocupación observar que las tasas de producción y de productividad disminuyen", indica Merritt Cluff, economista de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El aumento de los precios afectará principalmente a los países en desarrollo, donde las familias gastan en alimentos el 60% de sus ingresos. Sin embargo, 25% de todas las calorías derivadas de alimentos cultivados para el consumo humano se pierden o se derrochan, ya sea a propósito o no, según nuevas estimaciones.
Ahora que la carestía de los alimentos se considera algo normal aunque la demanda de estos productos en todo el planeta continúa expandiéndose rápidamente, activistas y expertos en desarrollo en Washington reclaman una acción nacional e internacional concertada de un modo sin precedentes.