La industria del biodiesel argentino nació en 2007. Desde ese momento,  presentó un crecimiento constante hasta la actualidad. Con inversiones de los 1.200 millones de dólares en los últimos cinco años, esta industria alcanzó durante el año 2011 alrededor de 2,4 millones de toneladas de producción.

La mezcla obligatoria de gasoil con biodiesel se hizo efectiva con la implementación del Programa Nacional de Biocombustibles, en 2010, cuya Autoridad de Aplicación es el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación.

El referido mandato de corte y el crecimiento de la participación de biodiesel constituyen una tendencia que se lleva a cabo en los principales países del mundo, resultando fundamental para la programación de la producción y la demanda de combustibles, asentando de esta forma el mercado, según informó Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.

Durante el año 2012, la producción y ventas de biodiesel eran superiores a las registradas en 2011 hasta el mes de julio. Entre agosto y setiembre, por el doble efecto generado por el cambio de reglas de juego en el país y la debilidad del mercado interno, la situación cambió significativamente, según puede verse en el gráfico siguiente. Esto generó un fuerte aumento de la capacidad ociosa de la industria, que está afectando significativamente su rentabilidad.

En la actualidad, hay 31 plantas de biodiesel que  participan del convenio de abastecimiento al mercado interno argentino, la mayoría de las plantas se ubican en Santa Fe, cercanas a Rosario. Pero también hay presencia de la industria en otras cinco provincias.
La capacidad instalada es del orden de 3,705 millones de  toneladas anuales y se están construyendo nueve fábricas más, que agregarán 0,944 millones de toneladas anuales.

Las plantas de mayor tamaño se ubican en la provincia de Santa Fe, cercanas a Rosario, donde se encuentra unos de los mayores polos sojeros del mundo. Pero destacamos también que existe una planta de gran porte en la localidad de Frías, Provincia de Santiago del Estero.

Hay otras diez plantas que son miembros de CARBIO y por su escala y tecnología, pueden abastecer el mercado interno y el externo, cumpliendo los estándares de calidad, seguridad y medio ambiente más exigentes. 

Las empresas de CARBIO son responsables de casi el 100% de las exportaciones del país de biodiesel y también abastecen al mercado interno. La capacidad promedio de éstas plantas es de 292.000 toneladas al año,  más del doble del promedio de la industria total y superior al promedio de las industrias de otros países competidores como Brasil, EEUU e Indonesia.

La industria de la molienda de soja y de biodiesel se ha convertido en un clúster altamente eficiente concentrándose en un radio cercano al Puerto de Rosario y de las zonas de producción de soja.

Si bien la mayoría de las plantas de gran porte, posee tecnología europea, es destacable que hay varias plantas que han desarrollado tecnología nacional en sus procesos de producción.

La demanda local de biodiesel podrá ser incrementada por la pronta implementación de un corte generalizado al 10 %, en lugar del 7 % actual.
Un reciente estudio llevado adelante por CARBIO, en los talleres de Oreste Berta, con la coordinación del Ing. Alberto Garibaldi, demuestra que es viable este uso.