La Presidente de la Nación ha ratificado el rumbo de su gobierno y llamó a sus militantes y seguidores a continuar por otra década ganada. No voy a referirme tanto a lo que pasó en esta década, sino en qué condición queda la economía para arrancar la próxima década.
Pero antes de avanzar en esta nota, me voy a tomar el atrevimiento de explicar algo que en economía es muy importante: La diferencia entre flujo y stock.
El flujo es lo que a una persona le ingresa de dinero y lo que le egresa en un tiempo determinado. Es, por ejemplo, el sueldo (ingreso) y los gastos que tenemos en nuestra casa (egresos). Todos los meses entra plata y todos los meses sale plata (siempre sale más fácil de lo que entra).
Por otro lado está el stock. Esto es lo que una persona tiene en un momento dado. Por ejemplo, cuánto tenés ahorrado al día de hoy. Cuánto era tu saldo en el banco el 31 de diciembre, etc. La respuesta es por ejemplo 10.000 pesos. Es como una foto.
A nivel de los países pasa lo mismo, el PBI es lo que produce y consume a lo largo de un año, mientras que el stock es lo que le queda a fin de cada año. Si durante un año, gastaste más de lo que ingresaste, tu stock bajó. Si por el contrario tu ingreso fue mayor a tu gasto, tu stock subió.
A nivel individual, yo puedo incrementar mi consumo durante un año, aunque mi ingreso no suba, lisa y llanamente comiéndome los ahorros. Es decir, consumir stock me permite gastar más de lo que ingresa.
El flujo
Cierto es que el crecimiento del PBI se ha dado en la economía argentina desde 2003, pero desde el 2010 muchos de los ingresos fueron menores a los egresos.
Esto pasó con los recursos del Estado. La recaudación fue subiendo, pero el gasto lo hizo aún más y es así que mientras en el 2010 el superávit primario alcanzaba los 25.000 millones de pesos, en el 2012 ya había un déficit de 4.300 millones. Es decir que el flujo de ingresos no alcanzó al flujo de egresos.
Con el crecimiento económico también vino un incremento del consumo de energía, algo absolutamente normal, el problema es que la provisión anual de energía crecía pero por debajo del consumo. Por lo que nuevamente el superávit de comercio exterior que tenía la Argentina, a partir del 2011, se convirtió en déficit. Para dimensionar de lo que hablamos: de un superávit de casi 2.100 millones de dólares en 2010 pasó a un déficit de cerca de 5.000 millones este año.
Luego el ingreso de moneda extranjera (dólares principalmente) ha venido creciendo en estos años acompañados por el crecimiento de las exportaciones, tanto de bienes como de servicios. Sin embargo en los últimos 2 años la cantidad de dólares que ingresa al BCRA no compensa la cantidad de dólares que salen.
Los flujos, por lo tanto, desde el punto de vista fiscal, energético y de dólares, desde hace 2 años son todos negativos.
Los stocks
El tema es que la economía Argentina recibió algunos stocks como herencia, principalmente el superávit energético y fue originando otros desde el 2002, como ser el superávit fiscal y las reservas. Estos dos sustentados en la gran devaluación, al default de la deuda y la rápida recuperación económica de esos años.
No obstante, en estos 2 últimos años todas las diferencias de flujos, es decir más egresos que ingresos, se están comiendo los stocks que supimos conseguir.
Así, para financiar al estado se consumen los fondos que habían acumulado las AFJP y otras cajas que obligan a invertir en bonos del gobierno. Pero la mayor pérdida es el valor de la moneda por la inflación de los últimos años.
Para mantener el gasto en energía se fueron consumiendo las reservas de petróleo y de gas. Y estamos importando cantidades crecientes de ambos.
Debido a que la inflación se fue comiendo el tipo de cambio competitivo que solíamos tener, para mantener forzadamente el consumo del estado, ahora se están consumiendo las reservas del BCRA, que ya están a los mismos niveles que en enero del 2001 con el blindaje.
Por lo tanto el mayor gasto en los flujos se pudo mantener porque se fueron liquidando en estos dos años los stocks acumulados por este gobierno y por el anterior.
La próxima década
El problema es que pedir que tengamos otra década ganada cuando el gobierno está dejando como herencia cada vez menos stocks, es una paradoja. Es como un padre que le dice al hijo: espero que tengas otros años tan buenos como los míos y cuando vas a ver las cuentas se ve que en los últimos dos años su papa se está dilapidando todo lo que había logrado juntar.
Argentina necesita comenzar a recomponer los stocks que se llevaron en estos años. Recuperar el superávit fiscal, el superávit energético, volver a acumular reservas, y para eso lo que se necesita no es seguir fomentando el consumo, sino incentivar la inversión, para lo cual necesita otras reglas de juego que las vigentes.
Lo más preocupante es que el desempleo comienza a crecer nuevamente y todos sabemos que de ese círculo vicioso no se sale fácilmente. El empleo no se genera con más consumo, sino con más inversión y para ello hay que dar un horizonte de estabilidad. Mientras sigamos teniendo la inflación de dos dígitos, estas condiciones serán cada vez más esquivas.
No es cuestión de hacer cosas extrañas, sino de recuperar lo que hizo crecer la economía entre el 2003 y el 2007.
El problema del gobierno es que de tanto ir por todo, no está dejando nada.