A 24 días de la presentación de las listas, la ruleta K de candidaturas comienza a desacelerarse. Ya visible, la bolilla saltea los casilleros, generando alegrías y decepciones. Por acción (de campaña solapada) u omisión (estratégica), siete funcionarios actuales de la primera línea del Gobierno prestaron sus nombres al juego electoral.

La primer bola de la temporada legislativa podría salir mañana. Por la tarde, una delegación de Chubut, encabezada por el gobernador Martín Buzzi y el jefe de gabinete Carlos Eliceche, le llevarán a Cristina Fernández de Kirchner la lista de postulantes provisoria para obtener el visto bueno presidencial. Norberto Yauhar, el ministro de Agricultura, figurará en el margen superior de la hoja, luego de que el vice provincial, Gustavo McCarthy, se bajara de la pelea.

Sólo falta el diálogo último con la Presidenta para cerrar esta cuestión, reveló ayer Buzzi lo que era un secreto a voces. Y puso el plazo de esta semana para definirlo. El apuro del kirchnerismo chubutense responde a dos factores. Primero: que el ex mandatario Mario Das Neves ya lanzó su candidatura a diputado. Necesitamos arrancar ya la campaña, justifican en la Gobernación, donde temen que la victoria en octubre del ex compañero de formula de Eduardo Duhalde le devuelva la llave del edificio en 2015.

La otra razón es la necesidad de cohesionar al propio oficialismo que hace dos años se disparaba a matar en plena campaña cuando se dividían en dasnevistas y kirchneristas.

Todo quedará en las manos presidenciales. Ella nos dirá si tenemos que buscar otro (candidato), analizan en el entorno del gobernador, que respeta el sicristinismo a rajatabla.

La ruleta contempla a otros del organigrama estatal. El nombre más repetido es el de Alicia Kirchner. Hay quienes dan por hecho la candidatura bonaerense de la ministra de Desarrollo Social aunque aún falta que el padrón definitivo refleje el necesario cambio de domicilio para cumplir los requisitos legales.

Pero no es la única opción del abanico oficial. Menos tratándose del principal distrito electoral, capaz de inclinar la balanza a su favor al abrir las urnas. La bolilla también pasa cerca de la cabeza de Florencio Randazzo. Sin embargo, el ministro de Interior y Transporte aclara que su objetivo es culminar con éxito el proceso de reconversión del sistema ferroviario. Lo que era (y sigue siendo) una papa caliente, Randazzo aspira convertirla en una carta de gestión pensando en 2015. Pero es otro que profesa el sícristinimo.

Con su impronta mediática, el secretario de Seguridad Sergio Berni se candidateó aunque no lo quisiera. Su papel en la inundación de La Plata aumentó el valor de sus acciones. Aunque dentro del ministerio se apuesta más a su futuro como reemplazante de Nilda Garré.

Hay casilleros bonaerenses también para el director de la Anses, Diego Bossio; y para Martín Sabbatella, que por licencia aún mantiene su banca en la Cámara baja. Porteño de nacimiento y de Morón, por adopción, el titular de la Afsca, también podría ser candidato en la Ciudad.

Acotado por el randazzismo, por considerarlo un hombre de Julio De Vido, el secretario de Transporte Alejandro Ramos podría volver a su Santa Fe natal para competir con el socialismo. Ganas, dicen, no le faltan. No se pierden ningún acto del ministro de Planificación para repartir obras en su tierra.

Todas las opciones danzan en la ruleta de candidatos K. Un juego no apto para ludópatas.