El plan tiene un esquema de "palo y zanahoria", con la promesa de castigos y premios.

A quienes se acojan al beneficio, les perdonarán todos los impuestos que no pagaron cuando ganaron esos recursos, siempre y cuando no vengan de actividades ilícitas, y no les cobrarán nada por ese blanqueo. No habrá tampoco persecución ni civil ni penal. Esa es la zanahoria.

El plan tiene un esquema de "palo y zanahoria", con la promesa de castigos y premios

El "palo" es la advertencia de que pasado el plazo de tres meses en que se podrá hacer la exteriorización, repatriación y blanqueo, la Afip perseguirá implacablemente a quienes tengan divisas no declaradas.

El dato curioso es que habrá una vuelta de la convertibilidad. El Banco Central emitirá un bono al portador y transferible que se podrá usar como moneda, que estará ciento por ciento garantizado por las reservas guardadas.

La convertibilidad que rigió de 1991 hasta enero de 2002 incluía una sola moneda y respaldada con reservas públicas, no depositadas pro privados.

Así, en la Argentina, de sancionarse la ley que el Gobierno propone, circularía la moneda de curso legal, el peso, con un valor fluctuante en el mercado de cambios, y otra, que sería completamente convertible.

El anterior plan parecido fue presentado en 2001 por el economista David Espósito, a quien el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá había designado al frente del Banco Nación.

Espósito proponía mantener el peso, por entonces convertible, y emitir otra moneda, sin respaldo completo de reservas líquidas, llamada "el argentino". El plan no incluía un blanqueo.

Circularía la moneda de curso legal, el peso, con un valor fluctuante en el mercado de cambios, y otra, que sería completamente convertible

Hoy se proponen planes así en Europa para salir del corset por la falta de liquidez en el área euro. Consistiría en emitir monedas nacionales, pero no en reemplazo del euro.

Pero, en cambio, el plan del gobierno argentino es el plan de emitir una suerte de nueva moneda, pero de superior calidad, que generara la reanimación de la economía.

En Ecuador, circularon certificados parecidos, pero eran la representación de depósitos bancarios congelados, en una especie de corralito. Eran emitidos por cada banco y no por el Central ecuatoriano.

Durante la crisis de 2001 y 2002 también se usaron aquí certificaciones de depósitos bancarios en dólares para, por ejemplo, la adquisición de automotores cero kilómetro.

Pero tanto en el caso ecuatoriano como en el argentino se trató de fondos que estaban en el sistema bancario y quedaron atrapados.

En este caso, como el depósito será tomado por cuenta y orden del Banco Central, el deudor será la autoridad monetaria. Como ocurre con los billetes de pesos que circulan, que son una deuda, un pasivo del BCRA.

Los bonos no se podrán comprar entregando pesos. Es decir, si alguien en una actividad comercial evadió y tiene moneda local, no podrá blanquearla por este procedimiento si primero no los cambia por moneda extranjera en el mercado informal.