Además de su intención de avanzar en el negocio petrolero, el empresario Cristóbal López, cercano al Gobierno, se prepara para apostar fuerte por el negocio de la alimentación.

El empresario, que en 2011 le compró la refinería San Lorenzo a Petrobras más 365 estaciones de servicio y ahora viene de hacerle una oferta para quedarse con el 51% de sus activos en el país, está rearmando el área de alimentos. Y, junto con esa movida, asoman tres proyectos en el horizonte: cambios en la línea de dulce de leche de su marca La Salamandra para industrializar la producción, la incorporación de una nueva línea de quesos y la incursión en la producción de cerdos.

"Se rearmó la parte de alimentos y hay interés de crecer en el rubro", señaló una fuente cercana a la empresa.

En el grupo Indalo, que cobija a todas las compañías que tiene López, el negocio de la alimentación está constituido por Ganadera Santa Elena, dedicada a la crianza de ganado ovino y la venta de carne de cordero; Olivares del Sol, que desarrolla y exporta a más de 15 países aceite de oliva, y La Salamandra.

Esta última marca, que supo pertenecer al economista Javier González Fraga y que en 2011 López compró a Cristina Miguens, es líder en el segmento de dulce de leche premium con un producto artesanal y también hace algunas variedades de queso gourmet.

Precisamente, sobre estos dos últimos productos habrá inversiones, según señaló, aunque sin detallar el monto, la fuente vinculada con la empresa.

"Las inversiones son para cambiar la línea de dulce de leche y sacar una línea de quesos", agregó. En la compañía dicen que se hará un dulce de leche más "industrial" y "masivo". En diciembre pasado, la firma había comunicado la ampliación de su planta cercana a Luján, en la provincia de Buenos Aires.

La semana pasada, el portal Infortambo , especializado en temas de la producción lechera, dejó trascender versiones de que López estaba interesado en la láctea Williner. Se trata de la cuarta compañía del sector en el país: procesa 1,4 millones de litros diarios y factura por día algo más de un millón de dólares. Pese a los rumores, una fuente ligada al empresario negó que haya negociaciones por Williner y desechó también versiones de un probable ingreso en La Serenísima, la mayor láctea del país. "No hay nada de eso", confió la fuente consultada.

PRODUCCIÓN PORCINA

En este contexto, trascendió que el empresario también había puesto en la mira al sector porcino. Y analiza instalar un criadero de cerdos en la provincia de Córdoba. Pero no sólo eso: logrado un volumen importante de producción, avanzaría con una marca de carne. Se integraría la cadena.

Esto último es precisamente lo que el empresario hace con la producción ovina y la marca Indalo Cordero Patagónico. En enero pasado, su controlada Ganadera Santa Elena inauguró un frigorífico modelo ovino y bovino en la localidad de Gobernador Costa, en la provincia de Chubut.

Si bien no trascendieron más detalles sobre el plan, con la integración en la cadena de cerdo seguiría un camino similar al realizado con la producción ovina.

La industria porcina es un rubro que presenta oportunidades. La producción nacional no llega a abastecer por completo a la industria y, de hecho, se importa de Brasil pulpa porcina para la elaboración de embutidos. Con el objetivo de impulsar la producción interna, en 2012 el secretario de Comercio Interior trabó las importaciones del socio del Mercosur y las compras en ese mercado cayeron casi un 50%. Mientras cayó la importación, hubo una leve reactivación de la producción local, que se expandió casi un 10% con la faena de 300.000 capones adicionales, pero igual la industria demanda más mercadería.

Por otra parte, además de la incursión en cerdos, López evaluaría poner un pie en la producción de biocombustibles, integrándola con la producción porcina.