La Federación de Acopiadores renueva en esta quinta edición del congreso su defensa y apuesta por el trigo argentino. Durante dos días, los especialistas pondrán el foco sobre el trigo y los cultivos invernales alternativos, cuando la Federación de Acopiadores ponga en marcha la quinta edición de “A Todo Trigo”. Mercados, manejo, panorama varietal, biotecnología, escenarios para la producción, política y comercialización serán algunos de los temas desmenuzados el 9 y 10 de mayo en el Hotel Sheraton de Mar del Plata.
El encuentro busca brindar a los asistentes un amplio panorama sobre los cultivos de invierno, haciendo a la vez una fuerte defensa del trigo argentino ante las restricciones para su comercialización y exportación que se viven a nivel local desde 2006/2007. Al respecto, el coordinador del evento, Daniel Miralles (FAUBA-CONICET), señaló que “en los últimos años, como consecuencia de las medidas gubernamentales, el área sembrada de trigo se redujo sustancialmente, perdiendo la Argentina unas 300.000 hectáreas por año de este cultivo”.
Miralles apuntó que como contrapartida a esta situación, los productores locales sustituyeron parcialmente el cultivo por cebada, haciendo que el área sembrada de ésta última aumentara a una tasa de 40.000 hectáreas por año, alcanzando en la última campaña una superficie de más de un millón de hectáreas.
“Este cambio se ha visto modificado no sólo por el área sembrada por ambos cultivos, sino también por el potencial de rendimiento de la cebada, el cual –debido a la introducción de materiales europeos– se ha incrementado sustancialmente, alcanzando y aún superando al del trigo”, indicó Miralles. Sin embargo, resaltó que el nuevo esquema de rotación cebada/soja tiene inconvenientes, ya que “por un lado, la sustitución ha sido parcial, lo que ha reducido el porcentaje de cereales de invierno en las rotaciones, con las consecuencias negativas para la sustentabilidad de los sistemas de producción; y por otro lado, el rango de cultivares es estrecho, ya que el 90% de la superficie sembrada con cebada está sustentada en un único material, lo que pone en riesgo la estabilidad del esquema”.
Análisis de los mercados
Por su parte, Gustavo López señaló que mientras el mercado internacional muestra perspectivas de precios estables para los dos cultivos, son las variables internas a las que el productor debe prestarle más atención.
“Probablemente, la opción de doble cosecha en ambos granos con un sucesor como la soja, pueda ser algo más atractivo en cuanto a los márgenes brutos finales”, indicó López, y advirtió que, de todas maneras “será importante observar el desarrollo de los costos de producción, en especial de los insumos requeridos para la siembra y el costo de los arrendamientos, considerando lo extendido de esta práctica en gran parte de la región pampeana y los altos niveles en que se negociaron en los últimos ciclos”.
“En resumen –analizó– si bien es aún prematuro, se puede inferir que a partir de las proyecciones mundiales de oferta y demanda, equilibradas para ambos productos (condicionadas por el desarrollo climático), los precios internacionales se mantendrán entre estables o con leves bajas, y la clave estará más centrada en cómo se desarrollará el mercado local, el grado de intervención del Estado y los diferenciales de precios que surjan de estas variables. Es por ello que será fundamental un estricto seguimiento de las variables de mercado y una oportuna cobertura de riesgos futuros”, recomendó.