Tanto nos preocupamos por los dichos del verborrágico mandatario venezolano,  sin reparar en que nuestra Presidente, Cristina Fernández, superaría con creces estos arrebatos. Ella no expropia, ella confisca. Ella lo hace sin más razones que el rencor hacia un sector, revocando una decisión tomada por un anterior gobierno tan democrático como el actual y del cual la mayoría de sus actuales funcionarios y ella misma formaron parte. Para completar el atropello, no indemniza.

Confisca el predio ferial de Palermo, provoca al Campo y agrede al sector, porque desde el más grande al más chico, el socio de Federación Agraria o el de CRA, el  miembro CREA o de cambio Rural, todos los productores tenemos un sentimiento muy arraigado con Palermo. Y Cristina Fernández lo sabe, sabe pegar donde más duele, sabe elegir a sus capitanes para esta lucha; D’Elía, Moreno y Yahuar, que son los funcionarios no sólo con peor imagen, sino que son los funcionarios más rechazados por los productores.

 

Por eso, exprópiese Palermo, porque todavía les duele el 2008. No saben, no está en su mente aceptar que otros puedan tener opiniones y pensamientos distintos. “Después de mi el diluvio”, como el llamado "Bien amado" Luis XV en Francia, aquí se creen los únicos capaces de gobernar, o quizás sea porque tienen miedo de perder poder y correr la suerte de aquella Ministra que aumentó las retenciones de la soja para fomentar los demás cultivos. ¡Qué relato!

 

Por eso le quitan la impresión de formularios a Federación Agraria, para desfinanciarlos, para seguir dividiendo y debilitando.

 

Quizás el próximo julio no tengamos la Exposición Rural en Palermo, pero si así fuera, tendremos el Campo más unido que nunca, dispuesto a resistir y resistir los embates de un Gobierno que nos precisa con desesperación pero que nos odia y sigue transitando los caminos de la venganza.

   

* El autor del siguiente artículo es productor agropecuario, ex presidente de la Sociedad Rural de Pergamino (SRP)