Por Ricardo Bindi - Revista Agromercado – Septiembre de 2011
Vamos a tratar de evaluar la hipótesis de este valor al que denominaremos: “sistemas de comunicación participativa”.
Cuando uno imagina los niveles de información al que accedíamos en los ´70, ´80, e incluso en la mayor parte de los ´90, cae en la cuenta de cuantas cosas se hacían con muy poca llegada al “flujo activo de conocimiento aplicado a la actividad agropecuaria”. Información que llegaba por correo postal; reuniones a campo, en algunas casos a distancias importantes; acceso al asesoramiento técnico en forma presencial con tiempos relativos y sin oportunidades para todos; y un conocimiento que se generaba a partir de estas mismas limitantes temporales y geográficas.
La conjunción entre avances tecnológicos (hard y soft), sumado a la capacidad de comunicación y conectividad abierta (Internet y telefonía inalámbrica), han generado una de las mayores “revoluciones del conocimiento” en el agro. A la sumatoria de conocimiento, personas, tecnología, conectividad. interactividad y participación de millones de personas abriendo conocimientos, experiencias, e ideas, lo llamaremos “comunicación participativa”.
Comunicación participativa
Acceso para todos. Compartir con todos. Esperar algo de todos. Son “valores” que están en la misma esencia de los seres humanos, y que se muestran más que nunca “en estos tiempos”, en donde la tecnología nos está permitiendo “dar, compartir y recibir en red”. Podemos decir que estamos en la cima del “Aconcagua de la conquista de la interacción entre las personas”. Muchas personas dedicadas a la búsqueda de caminos más efectivos para mejorar la vida cotidiana de amplios sectores, en un período de los más ricos de la historia en este sentido
Vamos a vincular ahora todos estos avances, con las enormes posibilidades de lograr un mayor “desarrollo rural”, y por lo tanto un creciente desarrollo social, económico y productivo para el país. Para ello vamos a mencionar el concepto de “capital social”, como potente área de análisis en vertiginoso crecimiento, enfocada en las relaciones entre cultura y desarrollo. Una conjunción de dos conceptos claves: cultura y desarrollo. Cultura para el desarrollo.
Si como enunciamos anteriormente: la sumatoria de conocimiento + personas + tecnología + conectividad + interactividad + participación (millones de personas abriendo conocimientos, experiencias, e ideas) es igual a “comunicación participativa”, lo interesante ahora sería dimensionar este valor, y pensarlo como oportunidad de un “capital social” creciente y sustentable.
Números que impactan
Veamos ahora los alcances de estos fenómenos que cambian y crecen día a día, minuto a minuto. En el período colonial las noticias desde Europa, llegaban con mucha demora. La Junta de Sevilla se disuelve a fines de Enero. El Virrey Cisneros se informa tarde. Ahora si, imaginemos cuánto se hubiera adelantado la Revolución de Mayo, con Twiter…”.
De los cerca de 7.000 mill. de habitantes en el mundo, había 361 Mill. que se conectaban a Internet en el año 2000. Hoy se estima que somos 2.100 Mill, es decir un 30% de la población; y desde el 2000 con un crecimiento del 470%.
Analicemos los cambios que se producen en solo 60 segundos. Google tira 694.445 resultados en su buscador. Se envían 168.000 correos electrónicos. Se publican 6.000 imágenes en el sitio Flickr. El contenido de videos que se cargan en Youtube en 60 seg., requieren de 48 hrs. sentado delante de la pantalla para verlos. Se publican 695.000 actualizaciones en la red social Facebook…, y mucho más. Pensemos que los que cargamos e intercambiamos, somos las personas, la tecnología es solamente el soporte, y la herramienta esta a nuestro servicio.
Evidentemente el fenómeno del acceso masivo de los actores del campo y la agroindustria, a los sitios de Internet y a las redes sociales, está generando un cambio importante en todo. Todavía hay gente “grande y joven”, que lo niega o que se resiste, pero está comprobado que una vez que se accede a información, conocimiento compartido y entretenimiento aplicado, es muy difícil seguir negando la tecnología ¿Que hubiera sido del nuevo boom de las cabañas ganaderas sin la investigación genética e implementación de la inseminación artificial?, ¿o de la alta productividad con bajos costos a partir de la biotecnología, fitomejoramiento y siembra directa?; por citar solo dos grandes fenómenos de la revolución agropecuaria Argentina.
Estamos mundialmente, ante un gran cambio en la forma en que las personas pensamos y procesamos. Buena parte del cerebro de quienes estamos conectados a través de mails, ingresos a sitios, redes sociales, tecnologías de comunicación vía Internet, mensajes, foros, chats, “se encuentra en red”. Procesamos abundante información, y sabemos también, que esto cuesta y que nos debemos mecanismos más adecuados y “saludables” a las necesidades de información; que nos sean de utilidad en la “generación de los conocimientos necesarios”.
Campo y agroindustria integrados
Reuniones a campo, demostraciones de manejo y productos, jornadas interactivas con demostraciones sobre el lote, conferencias, congresos, jornadas de tranqueras abiertas, visitas de profesionales a productores, viajes al exterior a conocer nuevas prácticas, charlas a campo y a galpón, testeo de nuevos insumos; son muchas de las actividades que marcan la verdad del secreto de esta fenomenal transferencia en capacitación y difusión, desde y entre los actores de la agroindustria. Estos son los “factores claves del éxito” actual y del que vendrá, que sin dudas, y dadas las demandas y escenarios citados, serán sin inductores de más revoluciones agro-tecnológicas.
Cerramos con el inicio: “hay una gran oportunidad de aporte al desarrollo de “capital social”, a través de la sumatoria de conocimiento, personas, tecnología, conectividad. interactividad y participación de millones de personas abriendo conocimientos, experiencias, e ideas, en una gran “comunicación participativa”.
Por Ricardo Bindi - Revista Agromercado – Septiembre de 2011