El Gobierno se quejó ayer y tachó de incomprensible la decisión de la mesa de enlace agropecuaria de realizar un paro de comercialización de cereales y oleaginosas desde el lunes, a pesar de que se había garantizado la liberación del total del saldo exportable de trigo.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, fueron los encargados de salir ayer a la mañana al cruce de los líderes de las gremiales del campo, que insistieron en que los anuncios oficiales son insuficientes y que la intervención que lidera el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, solo beneficia a exportadores y molinos harineros, mientras perjudica a los productores primarios y consumidores (ver aparte). Por la tarde, se sumó el ministro de Economía, Amado Boudou, quien sostuvo que no se puede convertir el reclamo de un sector en los del conjunto de la población.
Además, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, consideró que con diálogo se podrán achicar las distancias que separan a la administración central con el sector ruralista. Scioli salió a hablar del renovado conflicto del campo, luego que desde la producción primaria se le reclamara ponerse del lado de los trigueros, dado que el 70% de la producción de ese cereal sale de la provincia de Buenos Aires.
Con el consumo de los argentinos no se juega. Siempre hemos sindo insistentes en cuanto a garantizar el consumo a los argentinos, puntualizó Aníbal Fernández, sobre el paro comercial del agro y al ratificar la política intervencionista que tanto molesta al ruralismo.
El jefe de Gabinete, además, planteó que las medidas adoptadas por la presidenta Cristina Fernández créditos a tasa cero, apertura de las exportaciones fueron con la vocación de resolver una problemática que impacta en el productor más chico.
En esa línea, Domínguez insistió en que el paro del campo no beneficia a quien en definitiva ponen como excusa de su accionar, que son los productores. Para el jefe de Agricultura, quien debió bajarse de la gira presidencial por Medio Oriente ante el conflicto con el campo, el cese de comercialización de la mesa de enlace es simbólico y tiene una expresión política.
Sino es decirles a los productores que no vendan por una semana, cuando se reclama que no hay venta y está la urgencia de vender para pagar gastos. Es una medida que no entiende�, completó el ministro.