José E. Bordón
Para LA NACION


SANTA FE.- Semana tras semana, la sequía golpea más fuerte el extremo norte de la provincia de Santa Fe. Hay pueblos próximos al Chaco donde hace cinco años que no hay suficiente agua para atender los reclamos urbanos y, mucho menos, para la ganadería y la agricultura. La Comisión de Emergencia Agropecuaria le solicitó al gobernador Hermes Binner la declaración de ese estado en seis localidades de esa región (Villa Minetti, San Bernardo, Pozo Borrado y Campo Garay, del departamento 9 de Julio, y Fortín Olmos, departamento Vera).

La realidad la describió el intendente de Tostado, cabecera del departamento 9 de Julio, que limita al Oeste con Santiago del Estero y al Norte con Chaco. "En estos últimos cinco años tenemos una falta de agua muy importante. Pero los últimos tres años fueron graves. Esta carencia ha provocado la pérdida de unas 600.000 cabezas de ganado", puntualizó Enrique Fedele.

Según sus datos, en el último lustro la falta de lluvias no cubrió las necesidades mínimas para los animales ni la agricultura. Todos los reservorios están secos, la napa freática (subterránea) se disparó a 20 metros de profundidad y sólo se reciben camiones cisterna con agua potabilizada para consumo humano. En Tostado, se suma el problema de la bajante del río Salado, que en su paso por Santiago del Estero se encuentra endicado, por lo que no es constante el paso aguas abajo.

"En la zona, apenas muy rara vez caen entre 10 y 15 milímetros de agua. Esta zona del departamento 9 de Julio y parte de Vera (más al Este) han tenido lluvias insignificantes. Por eso tenemos tantos animales muertos y las pasturas que se han perdido", agregó Fedele. No obstante, en zonas puntuales, como Villa Minetti, hubo lluvias promedio de 40 milímetros en las últimas tres semanas, pero por la temperatura se aceleró la evaporación de los humedales.

Panorama complicado

Peor parece ser el panorama en Gato Colorado, sobre el paralelo 28, límite entre Santa Fe y Chaco, donde residen 1800 habitantes. "Hace cuatro años que estamos en emergencia por la sequía. Hoy estamos racionando el agua. Tenemos una planta potabilizadora de ósmosis (inversa) de la cual damos 20 litros de agua por día a las familias. Es un problema tremendo y para que la sequía se transforme en un recuerdo necesitamos de 300 milímetros en adelante [de lluvia]", resaltó Mirta Acosta, su presidenta comunal desde 1993.

"Estamos poniendo en marcha algunos mecanismos que nos permitan adelantarnos a los acontecimientos, como monitorear los cultivos y la ganadería para tener previsiones de cuál va a ser el comportamiento tanto de las reservas forrajeras y del estado corporal del ganado, como de los cultivos de los distintos tipos: maíz, caña de azúcar y algodón", explicó el ministro de la Producción, Juan José Bertero, quien admitió que los productores anunciaron que comenzarán a trasladar hacienda hacia zonas con agua y pasturas.

Según evaluaciones técnicas a las que accedió La Nacion, la proyección de los cultivos de temporada está supeditada a la evolución de los humedales. Los técnicos estiman que la soja de primera podría mantener una mejor proyección dado su desarrollo; en menor medida, se habla de los resultados de la soja de segunda, y las perspectivas son más complicadas para la soja de reciente siembra en el centro-norte de la provincia.