Los precios de las materias primas parecen haber ingresado en un rally sin techo. Ayer la soja y el maíz volvieron a marcar en Chicago nuevos máximos en dos años y medio, ante la persistente sequía en la Argentina y la estrecha relación entre la oferta y la demanda global de ambos productos para los próximos meses.

En Chicago, la soja mayo terminó a u$s 526 la tonelada, luego de tocar los u$s 530 a media rueda, el mayor valor desde el 21 de julio de 2008. Los precios locales también se rompieron récords. En Rosario, la oleaginosa disponible cerró a $ 1.475 la tonelada, marcando un nuevo máximo. Mientras, la posición mayo del Rofex batió un nuevo récord histórico, al ubicarse en u$s 359 la tonelada, y superar por un dólar a la anterior marca histórica, del 3 de enero pasado. Las posiciones con entrega física en mayo, superaron los u$s 360 la tonelada.

El nuevo repunte de la oleaginosa se produce en momentos en que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó fuertemente, hasta 47 millones de toneladas, sus previsiones de producción final, a partir del efecto La Niña, que se caracteriza por el clima seco con altas temperaturas que afecta a la zona productiva desde noviembre último.

En su informe semanal, la entidad sostuvo que el avance de la siembra, afectada por la falta de lluvias, avanzó al 92% de las 18,5 millones de hectáreas que se estiman se cubrirán con soja.

La Bolsa resaltó que buena parte de las siembras tempranas, que ya transitan estadios reproductivos, reflejan en mayor o menor medida un notorio retraso en su desarrollo vegetativo, un cuadro que se agrava en la periferia de la zona núcleo.

A ese se sumó la postergación hasta fechas tardías de la soja de segunda, lo que incidirá negativamente en los rendimientos. Por eso, la entidad consideró que la producción sojera alcanzaría este año �unas 47 millones de toneladas.

Esa cifra representa un 15% menos que las 55 millones de toneladas de la campaña previa. Y están 10% abajo de la última estimación que había hecho la Bolsa de Cereales cuando la sequía comenzó a mostrar su fuerza. Además, el pronóstico está 6% por debajo de lo estimado el miércoles por el Departamento de Agricultura estadounidense (Usda), que consideró que Argentina cosechará 50,5 millones de toneladas de oleaginosa.

De esta forma, y con una producción de maíz también con estimaciones en caída (de 24 millones a 20,5 millones en el último informe de la Bolsa de Cereales), la campaña agrícola argentina 2010/11 está cada vez más lejos de las 100 millones de toneladas que, apenas hace dos meses, adelantaban funcionarios del Ministerio de Agricultura.

Por ahora, los números de ingresos por exportaciones no sufrirían demasiados cambios, dado que el fuerte incremento en los precios internacionales del último trimestre todavía compensa la pérdida productiva prevista.

Según diversos analistas, la campaña arrojaría un total entre 90 y 92 millones de toneladas entre cereales y oleaginosas, siempre que la caída para la cosecha gruesa no sea mayor a la que se estima por estos días terminará produciéndose.

Pero, en ese sentido, existen renovadas alertas en materia climática que podrían incluso recortar aún más la producción sojera y maicera argentina.

Según el informe de perspectiva climática de AgroBasf, para los próximos días se esperan lluvias muy desparejas en la mayor parte del área afectada por la sequía. Es probable que sólo el área sojera uruguaya, Entre Ríos y el extremo oriental de la zona núcleo argentina reciban un alivio efectivo. Mientras el resto recibiría precipitaciones insuficientes que serán rápidamente consumidas por las elevadas temperaturas que se esperan, indicó el informe.