Los comentaristas políticos dominicales han disentido sobre todo pero no en que el campo seguirá militando en forma activa contra os Kirchner y que la cuestión de la inseguridad enfrenta a los medios de comunicación con el matrimonio presidencial. Tanto el campo como los medios tienen más prestigio que las fuerzas políticas opositoras. Por lo tanto, en verdad la competencia electoral será entre los Kirchner vs. los medios + el campo.
Ningún dirigente ni partido político opositor tiene el suficiente prestigio social equivalente a los líderes rurales más conocidos y/o a los medios de comunicación.
La oposición no ha logrado aún ilusionar a la opinión pública, que está dispuesta a apoyarla solamente porque detesta, en forma mayoritaria y creciente a los Kirchner, básicamente porque el matrimonio presidencial exhibe una apabullante incompetencia para enfrentar la creciente crisis económico-social que desnudó la desaparición del viento de cola externo que alentaba a la economía.
La mayoría de los ciudadanos coincide en que, para preservar sus propios intereses y los de sus familias, hay que quitarse de encima a los Kirchner cuanto antes.
Pero...
> el gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad es entre regular y malo.
> El PROperonismo bonaerense es un rejunte en muchos casos difícil de explicar.
> La Coalición Cívica acumula muchas contradicciones que los abandonos que sufre el ARI obliga a cuestionar qué ocurre.
A falta de políticos de prestigio, en Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba se busca incorporar a las listas de candidatos a dirigentes rurales.
Además, la militancia antikirchnerista del campo seguirá adelante, sin tregua electoral. Y crecerá luego del comicio del 28/06, cualquiera sea el resultado.
En cuanto a la prensa, la mayoría de los periodistas -en forma más notable que los dueños de los medios- han rechazado las pretenciones (peligrosas) de los Kirchner de impedir la publicación de malas noticias sobre la seguridad pública como mecanismo de convivencia social.
Cualquiera sabe que hoy puede resultar ese ítem y mañana, la censura previa sobre otras cuestiones tales como la performance de la economía (ese fue el objetivo de truchar las cifras del INdEC, prohibir la difusión de información sobre Banco Central, campañas agrícolas y oferta/demanda de energía eléctrica), o la corrupción gubernamental.
Entonces, es evidente cómo se plantea la campaña electoral que si solamente dependiera de la oposición, probablemente para los Kirchner resultaría mucho más sencillo todo.
De todos modos, es notable la diferencia de enfoque en los columnistas dominicales acerca de la coyuntura. Entre un Joaquín Morales Solá, en La Nación, intentando insuflar mística a la oposición, a un casi escéptico Eduardo van der Kooy, encontrando Urgente24 a Eugenio Paillet a medio camino entre aquellos.
Aqui algunos recortes:
Joaquín Morales Solá en el diario La Nación
"Un informe coincidente de varios encuestadores de opinión pública asegura que, si el Gobierno no pudiera finalmente sumar a Santa Fe en las elecciones del 28 de junio, los Kirchner perderán los comicios nacionales. El peronismo de Santa Fe, liderado por Carlos Reutemann, no podría ser sumado al kirchnerismo en las actuales circunstancias. Algunas de esas mediciones están en conocimiento del matrimonio presidencial. En medio de tales presagios, el país entró de llenó en una campaña electoral extraña, frenética e imprevisible.
(...) Un eje del oficialismo será el conflicto rural; el Gobierno tiene problemas ideológicos y psicológicos para resolverlo. No se resolverá, por lo tanto, al menos hasta las elecciones. (...)
Los ruralistas volverán a la protesta luego de que haya terminado la actual cosecha. Y es probable, también, que no comercialicen nada hasta después de las elecciones. ¿Para qué le vamos a entregar a Kirchner las retenciones que después podrían ser eliminadas?, deslizó un exponente de la dirigencia rural. No financiaremos la campaña electoral de los Kirchner, dijo otro, más directo. (...)
La ideología del matrimonio presidencial es la que llevó al ex presidente en los últimos días a comparar al campo actual con el de 1910. La interpretación kirchnerista de lo que pasaba hace un siglo es ciertamente un error, pero la comparación del contexto es directamente un desvarío. (...)
El otro eje de campaña lo constituirá una nueva ronda de confrontación con los medios periodísticos. El proyecto de ley de radiodifusión es inexplicable. La relación del Estado con la radio y la televisión es por definición una política de Estado. Suena a extorsión el intento de legislar sobre eso, hurgando en la propiedad y en los contenidos, en medio de una campaña electoral. ¿Sorprende? No. (...)
Las descalificaciones al periodismo no terminaron ahí. La propia Presidenta atribuyó a los medios la instalación de una sensación de inseguridad . Y su ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, pasó de la confusión al ridículo cuando mostró una información de La Nación de hace tres años que no prueba nada. (...)
El tercer eje de campaña es la oferta de la gobernabilidad contrapuesta con el caos. Néstor Kirchner lo ha repetido en la semana que pasó. Como esta elección no pone en riesgo la figura presidencial, puede deducirse de esas palabras que una derrota provocaría la renuncia de la Presidenta. (...)
Kirchner tiene perdida la capital federal, donde el duelo será entre los seguidores de Mauricio Macri y los de Elisa Carrió. En la provincia de Santa Fe, el matrimonio presidencial no puede entrar porque el nivel de rechazo llega al 75%. Por eso, Reutemann se alejó de ellos y Hermes Binner decidió una alianza con Carrió y con Julio Cobos. Ni Reutemann ni Binner tienen espacio para el kirchnerismo.
Mendoza está siendo ganada por la alianza entre el radicalismo y Cobos. Todo indica que en Córdoba el peronismo será derrotado por la coalición de Carrió que apoyará a Luis Juez. La estructura del radicalismo cordobés desconoció la posición de su presidente, Mario Negri, y eligió mantenerse alejado de Carrió y de Juez. El resentimiento del ex gobernador Eduardo Angeloz y los pobres intereses de los intendentes radicales pudieron más que cualquier estrategia nacional.
Más allá del porcentaje final, los Kirchner deberían prever un futuro sin mayorías parlamentarias propias en el Congreso. ¿Conformará esa eventual situación un escenario carente de gobernabilidad y, por lo tanto, de las condiciones necesarias para conservar el gobierno? (...)."
Eduardo van der Kooy en el diario Clarín
"(...) La oposición anda a los saltos: una semana después de haber insinuado como nunca destellos de cohesión, vuelve a exhibirse fragmentada para encarar las elecciones de junio.
El vértigo no es en estos tiempos patrimonio de nuestro país. Hay un mundo en crisis que va mutando cada día y nadie sabe bien hacia dónde. (...)
Abruma la práctica cotidiana de los piquetes y el escrache que fue consentida durante años por los Kirchner. Inquieta la hostilidad de las palabras entre el Gobierno y la oposición en una instancia donde debiera prevalecer alguna compostura. (...)
Existieron dos secuencias nítidas. El vocero de la Conferencia afirmó el martes 24 que "la paz social está alterada" en el país. Ligó sus palabras al conflicto con el campo y a los problemas de la inseguridad. El plenario terminó difundiendo un texto igualmente certero aunque menos inflamado luego de un debate y cierto disgusto de algunos obispos.
Los reparos corrieron por cuenta, sobre todo, de monseñor Jorge Casaretto y de Agustín Radrizzani, titular de la Comisión de Comunicación Social de la Conferencia. ¿Reparos por qué? Porque habrían considerado inoportuno el momento de la intervención del vocero. Los Kirchner, sin embargo, no perdieron tiempo en recoger ese guante.Cristina tiene hipotecada su relación con la Iglesia. Esa relación no podrá superar en los años de mandato que le quedan la distancia y la frialdad. (...)
No es aquella la única hipoteca que acecha a la Presidenta. El pleito con el campo tampoco concluirá antes de que se vote el 28 de junio. La coparticipación de la soja no fue de parte del Gobierno sólo una improvisación. También quizás un error de cálculo: los gobernadores adhirieron a la decisión pero no han logrado incidir en el rumbo del conflicto. El paro que concluyó el viernes fue comercialmente impactante aunque sin el marco popular del año pasado. (...)
También los opositores suelen tropezar con piedras que ellos desperdigan en el camino. La semana anterior lograron reunir a 108 legisladores. Había otros del ARI disidente y del propio peronismo que permanecían en ciernes.
Pero Alfredo De Angeli hizo lo que no debió hacer: prepeó en su despacho a la diputada entrerriana, Cristina Cremer, autora en el oficialismo de un proyecto sobre baja de retenciones. Ese gesto de pésimo gusto abroqueló a un montón de diputados. También despertó la indignación del ex gobernador Jorge Busti, cercano a De Angeli.
(...) Los Kirchner tuvieron un vínculo político nivelado con Fabiana Ríos. Pero la gobernadora de Tierra del Fuego vive asfixiada por una tenaza desde que llegó al poder: en un lado el descalabro provincial, donde el PJ y el sistema estatal y policial influyen; en otro, la endeblez de su partido, el ARI, alejado hace mucho de los dictados de Elisa Carrió.
Esa realidad explicaría, en parte, la decisión de dos senadores fueguinos de votar junto al kirchnerismo en el Senado el adelantamiento electoral para junio. Una sorpresa: esos mismos legisladores habían votado el año pasado en contra de la resolución 125. (...) Carrió no sufrió solamente con el desgajamiento en la provincia de mayor afinidad.
Recibió también un golpe en Capital con el desaire de Gabriela Michetti para compartir un espacio político común. No debe haber sido para ella tampoco una buena noticia el acuerdo de Francisco De Narvaez y Felipé Solá en Buenos Aires para encabezar, en ese orden, el peronismo disidente. En Capital y Buenos Aires se afincan las ilusiones del proyecto presidencial de la líder de la Coalición. (...)."
Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca
"La novedad de estas horas es que Néstor Kirchner evalúa si presentarse o no como candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. (...) "Todavía hay tiempo", respondió, el viernes, Florencio Randazzo. "Es el mejor candidato, pero el plazo cierra el 9 de mayo", tiró la pelota afuera Sergio Massa.
(...) Kirchner esperará al filo del plazo, para saber dónde está parado en materia de intención de voto. Y con esos datos en la mano, resolverá si afronta la candidatura o se preserva y manda a uno de sus delfines al ruedo de una elección crucial (...).
En verdad, no son pocos, dentro y fuera del gobierno, los que creen que una derrota de Kirchner alumbraría, al menos, dos escenarios: el de la debilidad manifiesta con la que Cristina Fernández debería encarar sus dos últimos años de mandato, con un Congreso donde ya no exista la mayoría kirchnerista que atendió, durante estos años, como verdadera escribanía de la Casa Rosada. Y el ocaso temprano del santacruceño y, muy probablemente, su caída sin remedio en las manos de quienes hoy, cerca suyo o en los aledaños del peronismo, ya se prueban su traje de líder y planean la etapa de poskirchnerismo inexorable que se avecina.
(...) Es obvio que los Kirchner han puesto al campo otra vez como el factor sobre el que habrá que machacar durante la campaña. El empecinamiento de Kirchner de ponerlo en el centro como enemigo público número uno no reconoce límites ni precauciones. Quedan pocas dudas de que el discurso del matrimonio de Olivos, durante sus últimas apariciones, es claramente provocador, como lo han advertido Eduardo Buzzi y Hugo Biolcatti. Se trata de mojarles la oreja para que sigan en las rutas, de acusarlos otra vez de querer destituir al gobierno. Ya no es sólo la cantinela de Néstor. Cristina se sumó esta semana con un mensaje un tanto más sutil, pero que encierra el mismo nivel de provocación. "Acá, no hay sólo intereses económicos en juego, no hay que engañarse, sino algo con más densidad institucional".
No serán escuchados ni en la Casa Rosada ni en Olivos los que sostienen que agigantar el enfrentamiento con el campo es comprarse otra derrota como la de la resolución 125, aunque con implicancias más graves, porque podría contribuir a una derrota en las urnas que tornaría enrarecido el clima en el que la administración deberá completar sus dos años de mandato.
No hay dos lecturas para lo que sigue, tanto en el oficialismo como en la oposición y a la vista de observadores o analistas independientes: el castigo del denominado "voto rural" y el proveniente del hartazgo y malhumor social por la inseguridad podrían hacer estragos en las urnas y en las chances del kirchnerismo, el 28 de junio.
A lo primero, Kirchner va a responder con su decisión de doblar la apuesta y acusar al campo de todos los males argentinos. Al drama de la inseguridad, el gobierno acaba de responder con una maniobra que lo primero que pone a la luz es su inoperancia para actuar, su ceguera para comprender un tema que escalda a la sociedad y su aprovechamiento siempre político y basado en cálculos electoralistas hasta de las desgracias, como ese flagelo, el de la pobreza o el de las epidemias.
La presidenta llegó a decir que, en Nueva York o Los Angeles, los medios no publican en sus primeras planas los asaltos o crímenes, porque "perjudica a la ciudad". Ha abonado nuevamente la irritante bajada de línea oficial según la cual si los medios no publican la inseguridad, la inseguridad no existe. Y ha instalado la peligrosa idea de que la inseguridad no es producto del abrumador crecimiento de la pobreza y la indigencia, sino de la "envidia" de esos mismos pobres por los bienes que tienen los ricos de enfrente, lo que los hace salir a robar y matar para poder tener lo mismo que ellos. (...)"