El mercado de la soja atraviesa un momento complejo. Recientes informes de exportación en Estados Unidos revelaron un volumen sólido de ventas de 2.15 millones de toneladas, superando las expectativas del mercado. Esto brinda apoyo a los precios y genera optimismo entre los alcistas en Chicago, especialmente debido al incremento de compras por parte de China. No obstante, la cautela china, que solo ha comprado lo esencial, introduce incertidumbre en el sector.

Por otro lado, la cosecha récord de soja en EE.UU. y las proyecciones de una posible expansión en Sudamérica, de hasta 15-20 millones de toneladas en el próximo ciclo, añaden presión a la baja sobre los precios. Estas expectativas de mayor producción dificultan una perspectiva alcista en el mediano plazo.

En el segmento de aceites, el aceite de soja ha mostrado un alza en precios a corto plazo, impulsada en parte por una caída proyectada del 5% al 10% en la producción de aceite de palma en Indonesia. Este país ha incrementado el consumo interno de palma para biodiésel, lo que ha llevado a importadores en China, India y Europa a optar por el aceite de soja, sosteniendo sus precios en el mercado global.

Sin embargo, el impulso en el precio del aceite de soja aún no es suficiente para sostener una suba general en los precios de la soja. La ampliación de capacidad de molienda en EE.UU. proporciona soporte adicional, pero las expectativas de los analistas indican que los precios podrían retomar niveles más bajos antes de fin de año.

La sequía continúa afectando al 76% de la región productora de maíz en EE.UU., deteriorando rápidamente las condiciones en los últimos meses y generando preocupaciones particularmente sobre la logística de exportación, especialmente debido a los bajos niveles en el río Mississippi. A pesar de este desafío, los datos de exportación se han mantenido fuertes. Sin embargo, el mercado enfrenta incertidumbres, ya que se proyecta una cosecha récord en Brasil de 170 millones de toneladas, lo que podría motivar cancelaciones en los pedidos de soja estadounidense.

El mercado de la soja, en definitiva, se mantiene en un equilibrio frágil. Las exportaciones estadounidenses y la creciente demanda de aceite de soja ofrecen cierto soporte, pero el aumento en la producción de EE.UU. y Sudamérica representa un riesgo bajista. Tanto productores como operadores se mantienen cautelosos, anticipando que los precios podrían enfrentar una presión bajista hacia el cierre del año.

Competitividad de soja brasileña

La competitividad de la soja brasileña plantea un reto significativo para el programa de exportación de EE.UU., especialmente en los meses de noviembre a enero, cuando Brasil ofrece soja a precios hasta 55 centavos de dólar por bushel más bajos que los de EE.UU. Este diferencial de precios es un incentivo clave para que grandes importadores como China prefieran la soja brasileña, disminuyendo potencialmente la demanda estadounidense en un momento crucial según analistas. Además, aunque en el año anterior el diferencial fue de sólo 25 centavos, la agresiva competencia actual podría limitar las exportaciones estadounidenses en esta ventana.

Por otro lado, el fortalecimiento del índice del dólar estadounidense ha mantenido al real brasileño en mínimos cercanos a los observados desde 2020. Esta depreciación del real ha beneficiado a los productores brasileños, que ven precios de la soja en CBOT en reales un 65% más altos desde 2019, frente a solo un 7% en términos de dólares según datos de mercado.

Sin embargo, varios factores podrían aliviar esta presión competitiva. Las limitaciones logísticas y climáticas en Brasil, como los retrasos en la siembra y el exceso de lluvias, podrían afectar su capacidad de exportación durante el periodo clave. Al mismo tiempo, los márgenes de procesamiento de soja en China y la demanda de harina de soja influirán en sus niveles de importación desde EE.UU. A ello se suman los posibles efectos de la política comercial de EE.UU., que tras las elecciones podría influir en la competitividad del sector agrícola.

Programa de exportación de soja de EE.UU.

China, el principal importador de soja estadounidense, muestra una alta sensibilidad hacia los márgenes de procesamiento y la demanda de harina de soja. Un margen de crushing favorable podría impulsar significativamente las importaciones de soja de EE.UU., mientras que condiciones desfavorables podrían desviar la atención hacia otros proveedores, como Brasil y Argentina. Por lo tanto, el comportamiento de estos márgenes es crucial para la estrategia de exportación estadounidense, que depende de mantener una competitividad sólida en el mercado.

Además, las próximas elecciones en EE.UU. influirán en el entorno político y comercial, lo que podría tener repercusiones en la competitividad del sector agrícola. Cambios en políticas de apoyo y acuerdos comerciales podrían afectar directamente el programa de exportación y las estrategias de los exportadores estadounidenses frente a la competencia. Para alcanzar los objetivos proyectados por el USDA, el programa de exportación de EE.UU. deberá mantener un ritmo de ventas sólido y equilibrar precios competitivos frente a la oferta brasileña, mientras que las limitaciones logísticas y climáticas en Brasil podrían ofrecer una ventana de oportunidad en el mercado global de soja, al menos a corto plazo.

Finalmente, los productores y fondos mantienen una posición cautelosa ante estos escenarios. Los compromisos de exportación deben alcanzar el 90% de la proyección del USDA para finales de febrero para evitar revisiones a la baja, lo que exigirá un ritmo sostenido de ventas y envíos. Con la incertidumbre en el mercado internacional, los operadores buscan un piso de protección ante una posible baja adicional en los precios antes de que finalice el año.

En conclusión, el mercado de la soja se enfrenta a una fase crítica donde la abundante oferta, las condiciones climáticas adversas y la competencia de Sudamérica generan un panorama incierto para los precios en las próximas semanas.

Por Esteban Moscariello