TENDENCIAS CLIMÁTICAS
De acuerdo a lo que veníamos monitoreando y a las previsiones, el fenómeno de El Niño se ha neutralizado. Este forzante de escala planetaria no está siendo influyente en estos momentos. La evolución de este indicador es importante, pero no es decisiva para el desarrollo de la fina. Lo bueno o lo malo que pueda suceder en esta campaña de granos finos, no tendrá que ver con lo que ocurra con que el océano Pacifico Ecuatorial central y comience a mostrar un progresivo despliegue de aguas superficiales más frías. El monitoreo climático para el desarrollo de la fina se remite exclusivamente a lo que suceda en la circulación de escala regional.
Como podemos ver, respecto del mes pasado, el agua fría surgente frente a las costas del noroeste de Sudamérica, se ha moderado y también se ha ido expandiendo hacia la zona central de la cuenca del Pacifico Ecuatorial. La mezcla ha facilitado la neutralización del fenómeno de El Niño. El proceso de enfriamiento de la cuenca a lo largo del próximo bimestre, se mantiene en todos los modelos de pronóstico. Recordemos que cuando estábamos con El Niño aun influyente, las previsiones ya marcaban esta evolución. Hay que decir que el monitoreo nuevamente las ha validado.
El despliegue del agua fría superficial es lento, moderado y por lo pronto sin influencia en la circulación atmosférica. Se espera que el indicador ENSO, se estabilice en valores de La Niña entre noviembre y febrero. Es decir un período relativamente corto y también, por ahora, con un desvío negativo -enfriamiento- relativamente débil. En consecuencia, seguiremos con atención la evolución de este forzante de escala planetaria tan sensible para el sudeste de Sudamérica pero, objetivamente, la problemática de las actuales condiciones climáticas nos lleva a poner más atención a lo que suceda con la escala regional sobre todo a partir de la segunda parte del mes de agosto.
No hay ninguna razón importante como para considerar que habrá cambios sustanciales en la oferta de agua durante lo que resta del mes de julio. La primera quincena del mes ya se desarrolló bajo una fuerte restricción pluvial y no hay previsiones de lluvias significativas. La provincia de Misiones es la única que ha acumulado precipitaciones vuelve a recoger guarismos cercanos a los normales. Para el resto de la región pampeana, no se descarta alguna corrección menor en los próximos días, pero difícilmente esto se extienda más allá de la franja centro sur, CB, sur de SF, LP y BA. El patrón seco, será difícil de romper en el NEA y el NOA, donde obviamente ya impera la estación seca.
La puja de masas de aire, como es natural en esta época viene siendo dominada por el flujo del aire del sur sudoeste. En este año, como ya hemos aclarado, la Patagonia muy fría, promueve una estabilidad extra para la franja central del país cuando llegan las masas de aire frió conducidas por los vientos del sur sudoeste. Solo las zonas costeras cuentan con humedad para activar algunas precipitaciones. Por eso es que se vuelve tan decisivo que al menos esporádicamente se detecte el descenso de alguna masa de aire tropical, lo cual derivaría en algunas lluvias. Esto viene sucediendo en los últimos días, con un marcado cambio de ambiente respecto del riguroso frío de la primera quincena.
A gran escala debemos trabajar pensando en que el bimestre julio agosto será seco y si bien al considerar todo el trimestre, incluyendo septiembre, los totales pueden seguir siendo magros, es razonable esperar un aumento de la probabilidad de correcciones pluviales cambiando para septiembre. El arrastre negativo del bimestre previo influirá en la estadística meteorológica, pero en términos agronómicos una mejora en la transición para septiembre es fundamental para las siembras tempranas de maíz y para la floración del trigo de la franja central. Vemos esto como posible.
No se puede soslayar que el escenario actual es más difícil que lo previsto a principios de mayo, pero como dependemos de cambios en la escala regional, entendemos que los mismos tienen una dinámica que puede reaccionar en forma más rápida una vez que el continente gane algo de temperatura. No estamos bajo influencia de un patrón de escala planetaria que defina esta retracción pluvial. Es el clima de escala regional que se encuentra exacerbado, es decir con la natural reducción de lluvias del oeste tomando gran parte de la franja este.
Si nos apoyamos en el mismo argumento que nos remite al enfriamiento de la Patagonia, debemos decir que las provincias de LP y BA van a tener un invierno frío más continuo que el resto de la región pampeana. Estimamos que el frio ocasionalmente llegara al norte del país, pero el rigor aumentado del invierno se sentirá más que nada en las provincias del sur de la región pampeana, posiblemente avanzando sobre el sur de CB y sur de SF.
Eventualmente podemos considerar como favorable este invierno más frio que se viene imponiendo, al menos es un elemento que se presenta como una defensa esperada para combatir la plaga que afecto al maíz en esta última campaña.