El fenómeno de “El Niño” 2023/2024, continúa su desarrollo con vigor, como lo señala la fuerte anomalía positiva de las aguas del Pacífico Ecuatorial, haciendo sentir sus efectos sobre Australia, La India, y otras Regiones del Mundo.
No obstante, sus efectos sobre el Cono Sur son perturbados por una fuerte actividad de los vientos polares, que impulsan hacia el norte las corrientes frías de Humboldt y Malvinas, a las que se suma la corriente marina fría de Benguela, proveniente del África (Figura Inferior), enfriando el litoral marítimo sudamericano.
Anomalías de precipitaciones en % del promedio normal 1991/2020
observadas y previstas en la Primavera 2023
La acción de los vientos polares, fríos y secos, impide el avance hacia el sur de los vientos del trópico, cálidos y húmedos, concentrando las precipitaciones sobre la cuenca alta y media del Plata (áreas en tonos de azul alrededor de la Pcia argentina de Misiones), con la consecuente crecida de los ríos, provocando inundaciones ribereñas.
Al mismo tiempo, este proceso obstaculiza la entrada de humedad hacia el interior del área agrícola (áreas en tonos de amarillo a naranja), y deprime lo mecanismos de precipitaciones, generando una amplia extensión con déficits hídricos, que se extiende sobre el interior de La Argentina y el Uruguay, el centro y el nordeste del Paraguay, las zonas cercanas del Brasil y el sur de la costa atlántica.
El NOA y las zonas aledañas, que reciben humedad de la Cuenca Amazónica observan registros pluviométricos normales a superiores a lo normal (áreas en tonos de azul a verde obscuro alrededor del límite común entre La Argentina, Bolivia y el Paraguay).
La Patagonia, que recibe humedad directamente del Pacífico muestra precipitaciones tardías, superiores a lo normal.
Con la llegada del Verano 2024, los vientos polares reducirán su acción, permitiendo que “El Niño” se manifieste con mayor vigor.
Este proceso beneficiará a gran parte del área agrícola del Cono Sur, haciendo que el clima evolucione en el rango normal a superior a lo normal, con mayores aportes pluviales y con temperaturas estivales menos extremas que durante las campañas precedentes.
No obstante, la interferencia de los vientos polares le impedirá expresarse en forma completa, siendo probable que subsista un amplio foco con aportes pluviométricos insuficientes en el interior del área agrícola argentina, con su foco en el centro y el este de Córdoba, el norte de La Pampa, el centro y el sur de Santa fe, el sur de Entre Ríos, el extremo sudoeste del Uruguay, el sur de Entre Ríos y el norte de Buenos Aires, con focos secundarios en diversas zonas del área agrícola.
Hacia el Otoño 2024 “El Niño” alcanzará su mayor expresión, generando el riesgo de inundaciones en los grandes ríos de la Cuenca del Plata, así como en áreas interiores con escaso drenaje, como los esteros del Iberá.
Riesgos similares se darán sobre el NOA y territorios vecinos de Bolivia, Paraguay y Brasil, que podrían sufrir tormentas severas, con riesgo de desbordes de ríos y arroyos, y vientos huracanados.
Pero el proceso no será completo, subsistiendo extensiones con déficits en el interior de La Argentina, con un foco sobre el límite común de San Luis, Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires, que amenaza con adquirir carácter permanente.
Puede concluirse que, con un adecuado manejo y haciendo riguroso uso de la tecnología disponible, la mayor parte del área agrícola del Cono Sur podría obtener buenos resultados productivos, aunque algunas zonas no lograrán una recuperación completa.
Fuente: Bolsa de Cereales de Buenos Aires