Contrariamente a lo planeado por el Gobierno, los dólares financieros no aflojan. Aunque, es cierto, algo bajaron recién este miércoles. Poco más de 1%.

La idea era que se aceleraran las ventas de soja por parte de los productores/tenedores de soja.

Pero hasta la fecha, esta suerte de dólar soja, en su nueva versión, parece haber tenido un efecto negativo en el tipo de cambio.

El cuadro de situación sigue oscuro. Y las medidas anunciadas no se muestran claras.
Las expectativas son negativas y se fundamentan en un aumento de la tasa de inflación, en un contexto de incertidumbre cada vez más grave, lo que acentúa la baja en la demanda de pesos (huida de la moneda nacional) y por lo tanto la suba del valor del dólar.

La debilidad del Gobierno para estabilizar los dólares financieros queda patente. El oficial por un tiempo deberá soportar la presión y por ahora se mantiene en $350. La idea del Gobierno es que este tipo de cambio llegue inalterado hasta las elecciones de octubre.
Tal meta luce difícil de alcanzar en medio de expectativas tan pesimistas y con una tasa de inflación mensual de dos dígitos.

El Contado con Liquidación (CCL) sigue en suba. ¿La razón? Claramente, ello sucede por la presión de los compradores, quienes tratan de salir de los pesos, para hacerse de dólares en el exterior.

Por todo esto, la brecha cambiaria, en lugar de reducirse a partir de la nueva medida, se incrementa.

El gráfico es elocuente.

Dólar: brecha entre el oficial y los dólares alternativos

Pesos por unidad de dólar

Fuente Infobae con datos del mercado, Reuters y Banco Central



Mientras nosotros seguimos mirándonos el ombligo, el mundo continúa con los mercados agrícolas sujetos al devenir climático en EE.UU.

Este miércoles los precios de la soja en Chicago se deslizaron en baja.

Parece que la proximidad de ciertas precipitaciones, de acuerdo a lo publicado por pronosticadores que beneficiarían al cinturón maicero y sojero, son la causa del cambio de tendencia.

Además, algo paradójico habría contribuido a la baja. Se trata de la posibilidad, a raíz de la reciente medida para la soja en nuestro país, de que se active la industria procesadora y con ella las exportaciones.