Es nieto de inmigrantes que se afincaron en Chubut y crecieron en el Valle hace 100 años. Su abuelo, Federico Zahn, fue empleado de varios productores hasta que se animó a emprender solo. En los 80, sus padres compraron una estancia en Santa Cruz donde hoy está afincado. Podría decirse que el camino trazado para Federico Rodríguez Zahn estaba marcado, sin embargo, él ha sabido darle su propia impronta.

“Los vínculos con la producción y la ganadería ovina eran inevitables, pero sin duda que los genes más marcados los heredé de mi madre que es una fanática del trabajo en general y del campo y los animales en particular”, relató quien en 1999, cuando tenía apenas 24 años y estudiaba Agronomía en Balcarce, ante la muerte de su padre tuvo que hacerse cargo junto a su madre de la empresa familiar (estancias Tres de Enero y Don Bosco, ubicadas a unos 30 kilómetros al sur de Río Gallegos).

Ambos afrontaron un hito en la historia, la creación del frigorífico Estancias de Patagonia, una sociedad anónima integrada por productores que se unieron en un momento crítico, pero ya llevan más de dos décadas sumando nuevos socios y se han convertido en el frigorífico de carne ovina más grande del país.

“Fue una etapa intensa compartida con mi mamá, donde hubo que resolver cuestiones que antes decidía mi viejo, sumado al momento del país y la industria que había quedado muy desfasado fruto de una década de convertibilidad, justamente por ese contexto, si tengo que destacar algo no es que nos hayamos unido ante una situación crítica con la industria colapsada, sino la capacidad y la voluntad de mantener el cooperativismo luego de unos años, cuando la situación mejoró, en vez de volverse cada uno para su rancho”.

“A lo largo de los años se consolidó la certeza de poder comercializar y la seguridad de cobro, dos cosas muy básicas, pero que no estaban garantizadas en 1999”, recordó el productor. A eso, se le sumó la certeza “de buen trato y manejo del producto de manera que conserve su prestigio y una muy buena promoción y presencia del producto a nivel local e internacional”, resumió Rodríguez Zahn sobre los logros obtenidos.

“El motor en esto es la pasión, en la mayoría de los casos son empresas familiares y nos apasiona la actividad, lo que hace que la mantengas a pesar de que las rentabilidades no son las que cualquier inversionista desapasionado aceptaría”, contó Rodríguez Zahn.

Genética y producción

Rodríguez Zahn se ha mostrado entusiasta con lo que ha evolucionado la raza merino. “Dada su calidad comercial y la demanda de sus lanas, lo interesante es que al tener una población mundial tan grande ofrece un abanico importante de biotipos para diferentes enfoques productivos”, remarcó el productor. Y agregó: “Además, con las técnicas y tecnologías de hoy, podemos tener en dos o tres años el material genético que hoy está siendo premiado en las mejores exposiciones del mundo, algo muy motivador”.

Un productor ovino argentino recibe la mitad del valor que otro de Chile o de Uruguay.
En tanto que la nutrición “es uno de los principales desafíos en la actualidad”. Rodríguez Zahn advirtió que se han ido incorporando conceptos y tecnologías de manejo y suplementación, pero, en la región, la suplementación es aún escasa. “Las tecnologías están, hay que bregar para que se generen las condiciones que permitan implementarlas, puesto que si la actividad tiene mayor rentabilidad, habrá más producción y puestos de trabajo y así se podrá profundizar la evolución, de lo contrario, la actividad se torna cada vez más de subsistencia”, apuntó.

Rodríguez Zahn entiende que cuando cierra un campo en Santa Cruz “posiblemente el propietario pueda vivir bien igual, pero hay 2, 3 o 4 trabajadores que deben irse a la ciudad, resolver dónde van a vivir e intentar conseguir un trabajo de algo que no saben o para lo que no han sido formados”.

Buenas y malas

Rentabilidad, desertificación, abigeato, predadores y guanacos de un lado. Jóvenes, demanda mundial y estar en una zona privilegiada, del otro. Cosas que entusiasma y otras que invitan a barajar y dar de nuevo para corregir el curso.

“Cuando digo rentabilidad me refiero principalmente al cepo cambiario, un productor argentino recibe menos de la mitad del valor que percibe un colega a 100 kilómetros de aquí, en Magallanes, Chile, o uno uruguayo, paraguayo o brasileño, por supuesto tenés facturación, pero ni siquiera estás cubriendo amortizaciones de estructura”, opinó Rodríguez Zahn.

En cuanto a la sequía, el productor siente (y espera) que “sea temporaria”, pero “es innegable la merma de producción de los pastizales”. Ahora bien, “hay áreas donde es más difícil revertirla, pero en las que sí se podría revertir también impacta la rentabilidad, ya que si el productor no la tiene no podrá acceder a las herramientas para corregirlo”.

Finalmente, el abigeato y los predadores completan el podio de las cosas que le preocupan a Rodríguez Zahn. “Hay muchos colegas que han cesado la producción, manifestando faltantes importantes y reiteradas de hacienda por abigeato y zonas que en breve se van a convertir en limitantes por abundancia de perros urbanos”.

A propósito, una apostilla sobre el tema guanacos que tanto preocupa a todos los productores santacruceños: “Considerando que hay vastas zonas fuera de producción ganadera y que el área ocupada por la ganadería es la menor de la historia provincial, lo positivo es que la conservación de la fauna, especialmente el guanaco, está garantizada”, aportó Rodríguez Zahn. Y ponderó: “Algo muy bueno en los últimos años es que hay más cantidad y variedad de animales silvestres (copetonas, zorros colorados y grises, peludos, ñandúes, liebres europeas, nutrias -como hallazgos-, jabalíes, pumas y hasta hurones, sin dejar afuera, incluso a los insectos”.

Volviendo al tema guanacos, Rodríguez Zahn consideró que “hay que controlarlos y aprovecharlos en determinadas áreas, como ha sido siempre en su convivencia con la ganadería, porque observo campos fuera de producción con una población altísima de guanacos”.

Del otro lado, entre las buenas, a Rodríguez Zahn le entusiasma que en la zona sur de la provincia, puntualmente, en la rural de Río Gallegos ve cada vez más jóvenes interesados e involucrados en la actividad. También que “la región tiene muchos recursos en el agro, en turismo, generación de energía, etc.”, que el mundo necesita y “tenemos la posibilidad de aprovecharlos”.

“Vivimos en una zona privilegiada, con muchas cosas para disfrutar y tenemos herramientas, hay que trabajar y aprovecharlas”.

Sobre cómo están hoy los negocios de carne ovina y lanero, Rodríguez Zahn sintetizó: “Atravesamos un momento de muchas dificultades, el mundo y los mercados aún están saliendo de la pandemia y atraviesan una guerra. No obstante, si localmente logramos ajustar las condiciones, hay una gran oportunidad de producir más y generar más trabajo y bienestar”

Fuente: La opinion Austral