Por sus numerosos beneficios para la producción agrícola y ganadera en la Región Chaqueña de la Argentina, los verdeos de invierno se posicionan como una alternativa que complementa la oferta forrajera en zonas con recursos limitados. Por esto, desde el INTA El Colorado, Formosa, brindan una serie de recomendaciones para aprovechar al máximo su potencial según el objetivo productivo.
Formosa cuenta con ambientes subtropicales en los que los inviernos son una estación seca y las gramíneas, como fuente forrajera, son un recurso limitado. Es que estos cultivos detienen su crecimiento ante las bajas temperaturas y las escasas precipitaciones.
En este sentido, Federico Miranda -director del INTA El Colorado- explicó que esto genera un impacto en la disponibilidad de forraje para los rodeos y en el caso de que el productor no cuente con una reserva, esta limitante se traduce en pérdidas de desempeño productivo y reproductivo de los animales”.
De allí que el INTA evalúe alternativas tecnológicas que le permitan a los productores compensar el bache nutricional invernal, en cantidad y calidad, es una prioridad. En este caso, el cultivo de la vicia, como consociacion de un cultivo extensivo busca, a su vez, su utilización como fuente de forraje invernal y es una opción muy interesante para prolongar la cadena forrajera e incrementar los rendimientos productivos de los cultivos.
De acuerdo con Walter Ibarra Zamudio, especialista del INTA El Colorado, Formosa, “los verdeos de invierno son una excelente opción para la producción agrícola y ganadera, ya que permiten sembrar cultivos durante los meses de marzo a junio, es decir, desde el otoño hasta principios de invierno”.
Según detalló, cultivos como la vicia generan suficiente cantidad de hojas y tallos (biomasa) para consumo animal o para suprimir el desarrollo de malezas en el cultivo siguiente. “Aunque los verdeos de invierno no producen un gran volumen de forraje debido a los inviernos secos, presentan una alta calidad nutricional. Por lo tanto, son adecuados para su uso estratégico”, explicó Ibarra Zamudio.
“Además, la siembra de cultivos como la vicia en consociación producen más biomasa o competencia, según un ensayo en el que se destacaron Vicia+Centeno, Vicia, Vicia+Avena Negra, Vicia+Cebada, Cebada, Centeno y Avena. Bajo estas condiciones y en consecuencia con otros cultivos como el maíz, pueden ser una alternativa interesante para mejorar la calidad del suelo y aumentar la productividad, teniendo en cuenta el corte de ciclo del abono y la recarga de agua del perfil”, señaló.
Para el técnico del INTA, “es crucial seleccionar la especie y gestionar adecuadamente el cultivo para maximizar su potencial productivo a lo largo del ciclo de vida, considerando factores como la resistencia a enfermedades, sequías, productividad y tipo de suelo”.
En este sentido, recomendó “realizar siembras anticipadas o dentro de las fechas óptimas para obtener la mayor cantidad de biomasa en los cultivos de invierno”.
Por otro lado, la planificación de la implantación de un cultivo de invierno o verdeo de invierno es crucial según el objetivo específico que se desea conseguir.
Y, no dudó en recordar que, “los cultivos de invierno deben ser tratados como un cultivo principal, con un control adecuado de malezas, fertilización adecuada y siembras en condiciones de buena humedad de suelo. Estas prácticas, son las que denominamos para cualquier cultivo las Buenas Prácticas Agrícolas (BMP)”.
La vicia en la región
Se trata de un cultivo de invierno que ha ganado una gran importancia en los sistemas agrícolas debido a su capacidad para controlar malezas y su capacidad para mejorar la calidad del suelo. Además, se ha demostrado que la vicia como cultivo antecesor puede mejorar significativamente el rendimiento de los cultivos de verano.
En este sentido, la vicia es considerada una excelente opción para la rotación de cultivos y como herramienta para la gestión sostenible de los sistemas agrícolas. Por ello, Ibarra Zamudio recomendó “utilizar siembra directa para reducir la cantidad de semillas por hectárea. Es que, en siembras convencionales, los pájaros pueden consumir muchas semillas”.
Además, aconsejó que, si se utilizan densidades bajas de siembra de vicia, hacerlo en lotes preparados, sin malezas, debido al crecimiento inicial lento de esta. Utilizar un inoculante específico para la vicia, así como terminar el ciclo del cultivo lo más tarde posible, para producir biomasa, evitar la mineralización, lograr cobertura de suelo.
También destacó la importancia de utilizar rolos no agresivos con cuchillas que no corten para no dejar al descubierto el suelo y evitar que germinen otras especies de plantas no deseadas. Otro punto a tener en cuenta es el de controlar la vicia si es necesario con herbicidas residuales para que no entre en competencia con el maíz por los recursos.
“Es bueno que el espacio entre surco esté colonizado por especies de nuestro interés, que protegen mejor el suelo, son fáciles de controlar, aportan nutrientes y entran en el sistema de rotación planteado”, explicó.
A su vez, subrayó la necesidad de tener precaución debido a las situaciones de estrés hídrico y baja recarga de perfiles de suelo, especialmente durante los meses invernales de bajas precipitaciones.
Otro de los verdeos de invierno en la región es la avena negra: un cultivo de invierno que destaca por su rusticidad, tolerancia a la roya de la hoja, buena producción de forraje, precocidad y capacidad de macollar.
Para su siembra, desde el INTA recomiendan una densidad de 40-80 kg/ha y realizar análisis de semillas antes de sembrar. La época de siembra es en otoño, de marzo a mayo. La textura media de la avena y su calidad media a buena la hacen apta para suelos de media buena fertilidad.
En cuanto al pastoreo directo en verdeos, se puede comenzar a los 60 días de la siembra con una altura de 20-25 cm. Es importante que los animales pastoreen solo por 2-3 horas en horas del mediodía para evitar el forraje aguachento y minimizar el deterioro del pasto.
El remanente necesario para un buen rebrote no debe ser inferior a 10 centímetros y se debe ajustar con la carga y el tiempo de ocupación. Con estas prácticas, la avena puede ser un gran recurso para complementar los forrajes y pastizales en la alimentación del ganado.
Siembras en consociaciones de avena negra (ciclo largo) – vicia villosa, centeno – vicia Villosa, otras consociaciones, llegan a los meses de agosto – septiembre con buena producción de biomasa en condiciones de secano para consumo animal o con buena producción de biomasa para controlar las malezas de los cultivos estivales. La rotación de cultivos y los controles químicos selectivos y residuales son prácticas habituales mejoran el control de malezas.
Además, el investigador resaltó la importancia de tomar las precauciones necesarias frente a las condiciones climáticas actuales. “Es importante tener en cuenta que las predicciones climáticas indican un año neutro a niño, tras varios años caracterizados por una baja recarga del perfil del suelo. Aunque las lluvias recientes han sido beneficiosas, no debemos pasar por alto las situaciones de estrés hídrico y la escasa recarga de los perfiles de suelo que hemos experimentado”, especificó.
Por consiguiente, es fundamental adoptar medidas precautorias y considerar que las lluvias en la región no se distribuyeron de manera generalizada, lo que ocasiona la interrupción o retraso en numerosas siembras. Además, es oportuno mencionar que estamos ingresando a la etapa del ciclo anual caracterizada por una disminución en las precipitaciones durante los meses invernales.
Dentro de su nueva cartera de proyectos institucionales, el INTA El Colorado continuará investigando la vicia, junto con otros cultivos de servicio, como opciones viables en los sistemas agrícolas de la región. Esto se llevará a cabo a través del Proyecto estructural de “Sistemas de cultivos extensivos sustentables para diferentes ambientes de Chaco y Formosa”, bajo la coordinación del investigador, Gerardo Quintana.