Un nivel de faena muy elevado que inicialmente había comenzado a reflejarse en vacas pero que con el correr de los meses empieza a observarse también en una mayor salida de novillitos y vaquillonas livianas y se expresa de manera generalizada en menores pesos de faena.

De acuerdo al último informe de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA), durante el mes de mayo fueron faenados un total de 1.280.624 vacunos, lo que representa un 10% más que lo registrado en mayo del año pasado. En términos interanuales si bien la faena de vacas sigue siendo superior, casi 8 puntos por sobre la faena de mayo de 2022, lentamente esta presión de oferta comienza a ceder, quedando ya lejos de los casi 30 puntos de incremento promedio de los últimos dos meses. Durante mayo fueron faenadas unas 292.000 vacas acumulando en lo que va del año 1.270 mil, 230 mil vacas más que las faenadas en 2022.

Al tiempo que comienza a menguar paulatinamente esta mayor salida de vacas, se observa un crecimiento en novillitos y vaquillonas livianas. Los datos de faena de mayo, muestran unos 542.000 novillitos y 326.000 vaquillonas, que reflejan subas interanuales del 13% y del 17%, respectivamente, con un crecimiento sostenido de este diferencial en los últimos cuatro meses. Más aun, en términos absolutos, la cantidad de novillitos y vaquillonas faenadas en mayo (868.353 cabezas) es la más alta de los últimos 20 años, para ese mes.
Estacionalmente este tipo de hacienda debería comenzar a aparecer con mayor fuerza a partir del segundo semestre del año, especialmente a partir de septiembre-octubre, momento en el cual los feedlots empiezan a volcar al mercado el grueso del llenado que acumulan -en un año normal- hasta junio-julio.

Sin embargo, este año, por las mismas particularidades que impuso el clima, hemos visto a los feedlots comenzar su llenado de manera anticipada, recibiendo mucha de esa hacienda liviana que no podían seguir reteniendo los campos.

Tempranamente los feedlots han estado ingresando mucha hacienda, en general más liviana que otros años, algo que comienza a verse reflejado en los pesos medios de los animales que hoy se están siendo faenados.

De acuerdo a los últimos datos oficiales de producción, durante el mes de mayo el promedio de la res en gancho fue de 225 kilos, casi 7 kilos menos que los registrados en mayo del año pasado cuando comenzaba a configurarse una tendencia creciente en pesos de faena que terminaría amesetándose en torno a los 236 kilos, para luego comenzar a descender bruscamente ante los primeros golpes de seca.

Desde ese entonces a la fecha el peso medio por res faenada ha menguado en más de 10 kilos, limitando la producción de carne, a pesar de las elevadas tasas de faena que se están registrando.

Actualmente los feedlots presentan un nivel de stock récord, más de 2 millones de cabezas según los datos publicados por el SENASA al 1ro de junio. Dado el momento del año en el que nos encontramos, con todo el invierno por delante y sin haber recibido aún el impacto fuerte de las heladas, es esperable que este nivel de encierres se sostenga por los próximos meses.

No obstante, los mismos datos oficiales muestran que el fuerte ritmo de llenado ha comenzado a desacelerarse. Muy tempranamente, en marzo, el Índice de Reposición de los corrales -indicador que muestra la cantidad de ingresos en relación a los egresos de un mismo período- alcanzaba un máximo de 1,47, en abril este indicador ajustaba a 1,36 y en mayo se estabilizaba en 1,09 como promedio mensual.

Si analizamos los movimientos de hacienda con destino invernada, vemos que, en estos primeros cinco meses del año, la cantidad de animales trasladados hacia feedlots ha crecido en un 15% respecto del año pasado mientras que los movimientos netos hacia otros campos prácticamente no muestran variaciones, apenas un 1% más que lo registrado en 2022.
Esto indica que, actualmente, los campos no presentan una carga de animales que permita sostener “per se” estos elevados niveles de oferta. Por el contrario, a medida que los potreros comiencen a reaccionar tras la salida del invierno, estarán ávidos de reponer carga y retener esa hacienda a la espera de una recomposición de valores.

Por tanto, volvemos la mirada hacia el feedlots donde cabe preguntarnos si este elevado nivel de faena de hacienda liviana que estamos viendo de manera anticipada no está de algún modo erosionando la oferta que estacionalmente debería esperarse a partir de agosto-septiembre en adelante.

Muy probablemente estos sean los primeros indicios de la escasez relativa de carne que estaremos viendo en el mercado, a mediados del segundo semestre del año.

Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario