Al respecto, el secretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional de la Nación, Luis Contigiani, resaltó "la importancia que tiene la Indicación Geográfica para el sector productivo de aceite de oliva, y su valor en cuanto a colaborar con el posicionamiento de estos productos en el mercado mundial".
La solicitud de reconocimiento de esta IG fue realizada por la Asociación Olivícola de Mendoza (ASOLMEN), y contó con el apoyo del Instituto de Desarrollo Rural de la provincia, así como de otras organizaciones locales tales como la Universidad Nacional de Cuyo, el INTA Regional Cuyo, el INTI Cuyo, y el acompañamiento del Ministerio de Economía y Energía de Mendoza.
Luego de varios años de trabajo en el protocolo y de completar todas las etapas del trámite de registro según lo indica la legislación, el AOVE de Mendoza se convierte en el primer aceite del país en contar con una Indicación Geográfica. Asimismo, este reconocimiento resulta ser el primero en Latinoamérica y el segundo a nivel mundial fuera de la UE.
Para esta temporada, serán al menos 302.140 botellas (154.560 kg) de aceite que lucirán el sello de Indicación Geográfica, provenientes de 8 establecimientos. Este es un paso muy importante en la valorización del AOVE que tiene una calidad vinculada al territorio de nuestro país, y por ello se espera que en lo sucesivo sean más los productores que cuenten con este reconocimiento en su producto típico.
La olivicultura es una de las economías regionales más importantes de nuestro país, y la provincia de Mendoza ha sido históricamente una de las principales productoras. En dicha provincia, la superficie total de olivo asciende a 15.825,20 hectáreas, de las cuales el 75,6% están destinadas a la elaboración de aceite de oliva. Según el Censo Nacional Agropecuario (2018), las explotaciones para el cultivo de olivo en Mendoza ascienden a 2.127, de las cuales el 59,2% tienen destino a aceite de oliva.
En este sentido, cabe destacar la importancia de esta actividad industrial para el desarrollo y crecimiento de las economías regionales, siendo que la extracción de aceite de oliva cuenta con una importante tradición y cultura regional arraigada en nuestro país y específicamente en la provincia de Mendoza. Combinado con la inversión de alta tecnología existente en el sector, laboratorios sensoriales y físicos químicos reconocidos internacionalmente, gran variedad de servicios y profesionales especializados, permiten ofrecer una amplia variedad de productos al mundo cumpliendo los más altos estándares de calidad internacional.
Es de mencionar que Argentina es el principal productor y exportador de AOVE de América y el Cono Sur, con posibilidades de expansión por presentar una producción en contraestación con respecto al hemisferio norte, donde se encuentran los principales países productores y consumidores del mundo.
El trámite de registro del AOVE de Mendoza como Indicación Geográfica es una estrategia de diferenciación que además contribuye a fortalecer los lazos entre las organizaciones de la zona y con la comunidad.
Sobre la herramienta de las Indicaciones Geográficas
Las Indicaciones Geográficas, junto con las Denominaciones de Origen (DO), constituyen en nuestro país el sistema legal utilizado para la protección y el reconocimiento de una calidad diferenciada existente. Por esto, son atributos que no se crean sino que se reconocen.
En Argentina, el Régimen Legal de las IGy DO de Productos Agrícolas y Alimentarios está constituido por la Ley Nº 25.380 y su modificatoria Ley Nº 25.966, Decreto Reglamentario Nº 556/2009 emitido por el Poder Ejecutivo Nacional.
Los vínculos establecidos entre el Registro Nacional de IG/DO con las provincias, con otros organismos nacionales (INTA, SENASA, INTI, INPI) y con profesionales formados en el tema, constituyen un buen punto de partida para continuar con la planificación estratégica de las acciones del área. Asimismo, la existencia de productos vinculados al origen, las expectativas de grupos de productores interesados en proteger sus productos, el apoyo de instituciones locales y el trabajo conjunto con el Programa de Gestión de Calidad y Diferenciación de Alimentos (PROCAL) configuran un escenario óptimo para continuar con los trabajos de identificación, calificación, registro y sostenibilidad de los productos agrícolas y alimentarios argentinos con calidad vinculada a su origen.