Debemos decir que los trigales del centro igualmente sumaron algunas lluvias en la primera quincena de octubre, las cuales permitieron cerrar la floración de la fina en buenas condiciones.
Mientras las lluvias llegaban en forma pareja y en buen volumen sobre CB y el noroeste de BA, la oferta de agua claramente se volvía más pobre sobre el este bonaerense y gran parte del centro sur de ER, sumando también las vecindades de SF. Cómo mencionamos, algunas lluvias antes del cierre de la primera quincena ayudaron a disimular el deterioro de las reservas, las cuales sucumbirían al exigente ambiente que propuso la ola de calor observada en la última semana del mes.
La provincia mediterránea no logro escapar a este patrón de temperaturas inusualmente altas, pero la diferencia la hicieron las lluvias, es decir, resistió más fácil la primera ola de calor del semestre cálido. Sobre el final del mes las lluvias lograron descender hasta el centro oeste de BA y centro de LP, alcanzando la parte norte del núcleo triguero del sudoeste, sin evitar el impacto del recorrido deficitario del mes, pero llegando justo para aliviar el alto consumo que impusieron las altas temperaturas que también afectaron el sur bonaerense. El sudeste de BA, recibió precipitaciones muy pobres, pero venía con suelos más cargados.
Un párrafo aparte merecen las lluvias observadas en la provincia de Misiones, donde claramente se ven los máximos pluviales del mes. Estas lluvias hay que mirarlas dentro de un contexto geográfico más amplio, dado que este buen nivel pluvial se replicó en gran parte de la franja oriental de Paraguay y las vecindades de Brasil. Este es un comportamiento sin dudas esperado, pero que debería encontrar sostenibilidad en el tiempo para comenzar a vislumbrar la salida de la seca hidrológica, algo que estamos aún lejos de poder asegurar.
Claramente Octubre no trajo ningún alivio para la zona agrícola del NEA, configurada por el sudoeste de Chaco, sudeste de SdE y noroeste de SF. Como vemos, el buen nivel pluvial del territorio misionero decanto parcialmente hacia el centro de la Mesopotamia y el este del NEA, pero no logro una influencia positiva en el área mencionada. El NOA, apenas recibió las primeras precipitaciones.
En este comienzo del mes de noviembre, las lluvias siguen mostrando una preferencia por la franja oeste de la región pampeana. Este último frente ha sido muy benéfico para CB (algo más pobre sobre el centro este) y SF, pero favorablemente también avanzó con buena provisión de agua sobre la zona del NEA que quedó más seca en octubre. Hubo áreas de Chaco donde llovieron más de cien milímetros, aunque las tormentas dejaron una oferta muy heterogénea, en general con un piso por encima de los cuarenta milímetros. También debemos destacar la aparición de la primera tormenta generosa sobre la provincia de Tucumán, posiblemente la que abrió la temporada de lluvias en el NOA. Como contraparte, se observaron lluvias pobres en ER, gran parte de BA y sudeste de SF, comportamiento que también se observó en Uruguay.
Durante el mes de octubre, las temperaturas superficiales del Pacífico Ecuatorial Central, se han consolidado en torno a un enfriamiento que puede considerarse débil pero que igual está teniendo influencia sobre la circulación atmosférica. Los modelos de pronóstico, no cambiaron la tendencia que estaba prevista a finales del mes de agosto. Las observaciones actuales validan aquellas previsiones y en consecuencia es lógico suponer que este evento frío continúe durante el resto del verano.
Como hemos aclarado en otras ocasiones, el trimestre octubre diciembre es por lo general, el que presenta mayor afectación negativa en la oferta de agua. Octubre ha mostrado vastas zonas influenciadas por este fenómeno, sin embargo, encontramos contraejemplos zonales como Paraguay, Formosa y Misiones, donde las lluvias incluso se han presentado por encima de los valores normales.
Como decíamos en la informe climático del mes pasado, el consenso de las principales instituciones internacionales en las tendencias climáticas para el sudeste de Sudamérica, marca el predominio de lluvias por debajo de los valores normales. Este comportamiento, no es homogéneo en todas las regiones y posiblemente las zonas mejor provistas se presenten alternadas. Por esa razón, dentro de las posibilidades agronómicas, habrá que optimizar el manejo y la estrategias de trabajo en los períodos en que los pronósticos de corto y mediano plazo definan una oferta de agua mejorada.