En una entrevista con Télam, Morelli dijo que “la transformación en origen tiene la virtud de dar trabajo en los lugares donde hay maíz y si se generan nuevos puestos de trabajo, se mejora la economía de esa zona y la gente no tiene que irse a los centros urbanos”.
Acaba de concluir la campaña 2019/20. ¿Qué conclusiones saca al respecto?
En la campaña no repercutió la pandemia, sino el clima y la inversión que realizó el productor para lograr un rinde de casi 8.200 kilos por hectárea. El año pasado tuvimos un momento de seca que pudo haber afectado algunos rendimientos y podríamos haber tenido una campaña un poco mejor. Pero 50 millones de toneladas es la segunda mejor marca de la historia, solo por debajo de los 50,6 millones del ciclo pasado. Así que estamos sumamente satisfechos. En tiempos de cosecha, una vez que se fueron normalizando algunas restricciones, la campaña avanzó bien y el tiempo acompañó. Estuvimos con 19 puntos de adelanto respecto a la campaña anterior.
¿Qué esperan para la campaña que viene?
Ahora ya estamos centrados en la campaña que viene. Todos los indicadores indican que vamos a tener una superficie bastante parecida a la pasada. El maíz hoy tiene un precio futuro de US$ 138 por tonelada para abril, un buen precio. Ya hay maíz fijado para la campaña, por lo que se viene tratando de tomar estos buenos precios. Por un lado en el cereal juega el aspecto del mercado y después el aspecto climático. Pero como ha venido la venta de insumos, semillas, fertilizantes y agroquímicos, da la impresión de que vamos a una campaña similar a la que pasamos, lo cual es una buena noticia.
El precio del maíz fue uno de los más golpeados por la pandemia debido a que su valor está muy atado al del petróleo. ¿Cómo imagina la pospandemia? ¿Ven una recuperación de los precios?
La demanda del maíz en el mundo antes del Covid-19 era superior a la oferta, por eso tenía un precio sostenido. Obviamente, hubo una caída de precios, a medida que se fue consumiendo. En la medida que Estados Unidos recupere a su industria de etanol y viendo cuál va a ser el resultado de la cosecha de ellos, es probable que los precios se sostengan o mejoren en el futuro.
Hay un récord de embarques de maíz, pero los datos reflejan que se exportaron 20 millones de toneladas de grano en lo que va del año y el resto del complejo solo 99.000 toneladas. ¿Se está primarizado el complejo exportador maicero?
El 65% de lo que se produce se exporta como grano. El 35% es lo que se transforma en Argentina. Las mayor cantidad de exportaciones se debió a mayores cosechas y ha crecido menos la transformación. Estamos totalmente de acuerdo en Maizar y alentamos la transformación en origen. Es muy importante porque la transformación en origen tiene la virtud de dar trabajo en los lugares donde hay maíz y si se generan nuevos puestos de trabajo, se mejora la economía de esa zona y la gente no tiene que irse a los centros urbanos. Hay que trabajar para transformar más maíz en carne, etanol. Por eso apoyamos con que el corte del etanol en las naftas pase del 12% al 27,5%, lo que significaría transformar 1,5 millones de toneladas de maíz a 4 o 5 millones de toneladas. Tenemos que transformar, pero para eso deben darse las condiciones macroeconómicas.
¿Cuáles son esas condiciones que ustedes creen necesarias?
Hay que contar con acuerdos multilaterales con países o bloques para poder colocar productos, porque el mercado interno está perfectamente abastecido. Tenemos que transformar y tenemos que hacer más comercio, porque todo esto no sirve para abastecer el mercado interno, sino fundamentalmente para lograr excedentes y poder exportar.
Fuente: El Economista