En las extensas llanuras del estado venezolano de Guárico, un productor de
arroz ha apostado con éxito por un innovador sistema que le ha permitido más
resiliencia y sostenibilidad en el cultivo. La mejor de las noticias es que lo
ha logrado utilizando menos recursos.
Se trata de Miguel Agüero, quien en el año 2017 se convirtió en pionero de la
implementación en Venezuela del Sistema Intensivo del Cultivo de Arroz (SRI, por
sus siglas en inglés), al dedicarle una parcela de media hectárea en su finca,
la N° 234 del Sistema de Riego Río Guárico (SRRG), en el pueblo de Calabozo.
El SRI es una metodología agroecológica y climáticamente inteligente
originada en la década de 1980 en Madagascar, que permite aumentar la
productividad del cultivo de arroz y reducir la cantidad de insumos como el
agua, las semillas y los fertilizantes mediante cambios en el manejo de las
plantas, el suelo, el agua y los nutrientes.
Actualmente, Miguel dedica casi tres hectáreas al SRI y ha logrado una
semilla de arroz de calidad, por lo que fundó la empresa familiar Semillas
Banpedro C.A. para comercializarla.
La idea de crear la empresa surgió a raíz de la alta calidad de las semillas
producidas.
"Mis vecinos, la gente interesada en calidad de semilla, ve cómo se cuida,
cuál es la pureza de los materiales. La parcela ha sido para ellos una ventana
al SRI", contó Agüero.
Con asistencia técnica del Instituto Interamericano de Cooperación para la
Agricultura (IICA), el SRI también se ha implementado con resultados alentadores
en Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.
El sistema consta de cuatro principios básicos: promover el establecimiento
temprano y rápido de plantas saludables, reducir la competencia entre plantas,
mantener los suelos saludables, aireados y enriquecidos con materia orgánica, y
una mejor gestión del agua al alternar suelos secos y mojados.
"Ponemos en práctica casi todos esos principios; riegos intermitentes,
incorporación de la materia orgánica, el pase desyerbado para favorecer la
dirección del suelo, la contribución con el mejoramiento de la biota del suelo y
la contribución con el mejoramiento de la biota del suelo", señaló Betsaida
Soublette, investigadora que colaboró con el IICA en la implementación del SRI
en Venezuela y brinda asesoría a Miguel Agüero.
Los retos
A causa de la difícil situación económica de Venezuela, uno de los retos para
la implementación de SRI ha sido la poca disponibilidad y el costo de la mano de
obra. Agüero, con apoyo de Soublette, han tenido que hacer algunos ajustes y
siguen trabajando para mejorar el impacto del sistema.
"No ha sido fácil, más debido a la situación en que está el país", comentó
Agüero. "La mano de obra es lo más costoso, ya tenemos cuadrillas, estamos
tratando de adquirir trasplantadoras y máquinas pequeñas para desgranar pero no
hemos podido tener acceso aún, pese a que no son caras", agregó.
En el proceso de siembra se establece una distancia específica entre plantas,
pero a falta de la maquinaria específica, Agüero y Soublette idearon una
creativa solución: normalmente los hilos de siembra con la sembradora distancian
las hileras en 17 cm, entonces le taparon un hilo a la sembradora y lograron una
distancia de 34 cm.
Otros productores de la zona, que poseen vastas extensiones de tierra,
también han puesto en práctica el método, ajustándolo según sus necesidades, lo
que les permite usar menor cantidad de semillas y por tanto de plantas por metro
cuadrado.
"Junto a nuestros socios, incluyendo varios institutos nacionales de
investigación agropecuaria, organizaciones de productores y la Universidad de
Cornell, hemos demostrado que SRI sí funciona en las Américas y ahora tenemos
que seguir superando algunas barreras para facilitar su implementación a una
escala mayor", detalló Kelly Witkowski, gerenta del Programa de Cambio Climático
y Recursos Naturales del IICA.
Agregó que el SRI permite aumentar productividad, reducir significativamente
el uso de agua y semilla y mejorar la resiliencia ante el cambio climático, al
tiempo que el cultivo se hace más rentable para los productores.
Semillas Banpedro C.A., le empresa familiar de Miguel Agüero, tiene una
cartera de clientes pequeña, pero el crecimiento no se ha detenido.
"Ha costado un mundo llevarla hacia adelante, pero en la medida que uno renazca en estos momentos de dificultad, sentará las bases más fuertes, y cuando vengan las uvas maduras ya uno estará en la cresta de la ola, entonces hay que soportar todas adversidades para lograr ser una empresa floreciente", dijo Soublette.