El mapa resume la vasta zona donde a la fecha las necesidades hídricas son nulas. Si a ella le sumamos el sector donde el déficit es leve, casi la totalidad del área agrícola de la región pampeana no demanda precipitaciones. Hacia el sudoeste de BA, sobre LP, el extremo sudoeste de CB y la mayor parte de SL son las zonas que plantean lo contrario y que por el momento no recibirán ningún auxilio significativo.
La situación que se representa en el mapa, por estas fechas también define una zona de riesgo. En otro contexto pluvial, el escenario para la cosecha podría verse comprometido por los excesos. Es decir, sin demanda y con lluvias por encima de los valores normales, el panorama sería muy distinto y con una gran cosecha por levantar, los potenciales inconvenientes se multiplicarían.
Evidentemente y en forma afortunada, el fenómeno de El Niño se ha mantenido en niveles muy bajos de intensidad, con escaso o nulo acople atmosférico y en consecuencia sin incidencia sobre el patrón pluvial. Hubo un momento de la campaña en que el escenario de lluvias sobreabundantes parecía proyectarse como una amenaza de gravedad, pero la última parte de enero hubo un crucial cambio de circulación que moderó el persistente posicionamiento del aire tropical. Esto impuso una pausa en la oferta de agua que fue afrontada con altos niveles de reserva en la zona núcleo y para cuando aumento la demanda, las lluvias regresaron.
La distribución temporal de las precipitaciones no fue climática pero si efectiva. Los suelos quedaron abastecidos y gran parte de los resultados que hoy se proyectan se vinculan a los escasos o nulos momentos de estrés hídrico que debieron superar los cultivos de la zona núcleo. Es más complejo el análisis en el sur de la región pampeana debido a que en el momento en que se retiraron las precipitaciones, el nivel de reserva era más ajustado, en consecuencia es posible que, en términos relativos, el sur de la región pampeana no logre los resultados de la franja central.
La transición estacional está mostrando señales de afianzamiento. El patrón de circulación que se observando ya retiene las masas de aire tropical en el extremo norte de la Mesopotamia y si bien no se descarta que hasta mediados de abril estas masas de aire puedan reposicionarse con relativa facilidad, por lo pronto, el cierre de marzo se perfila con precipitaciones que seguirán siendo modestas en la gran escala.
Es muy probable que las precipitaciones reaparezcan hacia el viernes y durante el sábado en la franja central. Las lloviznas y lluvias débiles quedarán concentradas en la provincia de BA, más que nada en el sur, donde la cosecha aún está lejos de empezar. Las lluvias serían algo más importantes en SF, ER y norte de BA
El buen tiempo que se ha mantenido define un contexto inmejorable para el avance de cosecha en la franja central del país. Con el seguimiento que hemos hecho de la campaña y aun cuando han debido atravesarse períodos complicados que generaron los excedentes pluviales, hay consenso en cuanto a que los principales cultivos de la gruesa deberían lograr rindes por encima de los normales. Esta potencialidad se ve oportunamente acompañada por esta ventana de buen tiempo. Par los cultivos que están listos para la recolección, estamos en un período clave, que se está aprovechando al máximo.
La transición de marzo para abril ya parece más inclinada hacia el retorno de las precipitaciones, pero no excesivas. Las recargas de humedad son también necesarias de cara al inicio de la nueva fina.