El conflicto comercial entre EE.UU. y China se acentúa día a día. Y los mercados acusan el golpe.

La cuestión se ha puesto realmente candente, desde hace unos días, cuando China canceló las negociaciones comerciales previstas con EE.UU. A la vez anunció su ronda de aranceles por la suma de 60.000 millones de dólares a los productos estadounidense, como réplica a las restricciones aplicadas a sus bienes.

China ha denunciado a EE.UU. por practicar una suerte de "acoso comercial" y de "intimidación económica" en un informe oficial, apenas entraron en vigencia los nuevos aranceles impuestos por la administración de D. Trump.

En un mundo de tanta confrontación, lógico resulta que el precio de la soja evolucione en sintonía con el mercado estadounidense. Aunque no del todo.

Los días pasados el conflicto adquirió gran virulencia y, por lo tanto, el mercado de Chicago se lanzó a un vértigo pocas veces visto, con vaivenes muy pronunciados.

Una mirada retrospectiva ayuda a entender la gravedad. El gobierno chino, el martes 18 de este mes, anunció que sumaría 60 mil millones de dólares a la lista de aranceles sobre los productos de EE.UU.

Sería en represalia por los gravámenes sobre US$ 200 mil millones en productos chinos. En principio tal medida estadounidense comenzaría a regir hoy 24 de septiembre.

Los días miércoles 19 y jueves 20 los precios en Chicago lograron mejorar, pero tal hecho no pareció responder a razones de peso sino más bien a compras de oportunidad dado que los precios habían bajado a los mínimos en los últimos 10 años. De esta forma quebraron el piso de USD 300.

Vale resaltar que estos mínimos se refieren a Chicago, puesto que en Rosario los valores no bajaron en la misma proporción. Tampoco lo hicieron los correspondientes a Brasil.

Aun a riesgo de pecar de reduccionismo, se podría decir que las bajas en Chicago responden a dos factores: el mencionado conflicto y la cosecha que avanza raudamente en el país del norte, que además será, en principio, récord.

En cambio, las bajas en Rosario serían más que nada por la oferta que se cierne sobre el mercado mundial, a raíz de la extraordinaria cosecha en EE.UU. Por el contrario, el conflicto comercial se muestra más bien a favor de los precios de Sudamérica. Y, obviamente, en desmedro de los de EE.UU.

Como los venimos comentando, los precios en Sudamérica mantienen una diferencia respecto a los de Chicago, muy distinta a la histórica: queda claro que está favorecida la situación en América del Sur.

Para muestra, solo un botón: la diferencia entre el FOB del Golfo y los puertos de Argentina se aproxima a USD70-.

Obviamente, ello es resultado de la mayor presión ejercida por la demanda de China por el poroto de soja sudamericano.

Da para pensar: el conflicto de alguna forma pone resistencia a la baja de la soja en América del Sur. Como bien dice el dicho: “no hay mal que por bien no venga”.