En la primera mitad del año la inversión creció 9% respeto a un año atrás y se mantuvo como el componente más dinámico del PBI. En el segundo trimestre la inversión representó el 20% del PBI (marca más alta para el período desde 2008) y aumentó 3%, manteniéndose en alza a pesar de la caída de la actividad y completando así un año y medio ininterrumpido de expansión.
La construcción crece a menor ritmo pero siguió siendo uno de los principales motores de la inversión: creció alrededor de 6% frente al mismo período de 2017 y concentra el 42% del total.
En lo que va del año hubo anuncios de inversión por casi US$ 20.000 millones, liderados por el sector de Transporte e Infraestructura (US$ 5,5 mil millones) y petróleo y gas (US$ 4,3 mil millones).
Así lo destaca la última entrega del Monitor de la Inversión, herramienta que elabora mensualmente la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI).
En julio, la inversión tuvo un comportamiento heterogéneo. Aumentó la demanda de equipos en proyectos de parques eólicos y del sector de petróleo y gas, y las importaciones de vehículos de carga se mantuvieron en niveles altos. Por otra parte, se desaceleraron las compras de bienes de capital y el patentamiento de vehículos comerciales. La sequía afectó la inversión en maquinaria agrícola y también se desaceleró la inversión en equipos de transporte (utilitarios, pick ups y otros pesados), bienes de capital y equipamiento para la industria.
Durante el segundo trimestre, el componente que más aportó al crecimiento de la inversión fue la demanda de maquinaria y equipo, que representa el 45% del total: aumentó +5%.
En julio cayó la demanda de despachos de cemento en bolsa (-7,8%) asociados a obras privadas y los despachos a granel, asociados a obras públicas y grandes obras privadas, cayeron un 4%.