Esta semana, en Buenos Aires se podrá escuchar a varios de los principales referentes globales del cooperativismo, que vienen a contar cómo le encontraron la vuelta a muchos desafíos que enfrentan las cooperativas argentinas.
En un mano a mano con Clarín Rural, Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro -que organiza el congreso- adelantó los temas que se van a analizar que se dividieron en tres módulos: el internacional, los casos exitosos locales y el arco político.
- ¿Qué vienen a contar los disertantes internacionales?
- El módulo internacional es el núcleo del congreso y lo importante es que los expositores no vienen a hablar de cómo es el cooperativismo en cada uno de sus países, sino que se van a enfocar en temas específicos que el cooperativismo ha asumido y que ha logrado resolver en forma exitosa. La gente que viene de Mondragón (la mayor cooperativa del mundo, con base en el país vasco), por ejemplo, va a exponer sobre el tema del financiamiento en el cooperativismo y en España, que es un tema clave para nosotros.
- También participarán los referentes de una cooperativa chilena, que van a hablar de lechería.
- El caso chileno también es muy interesante. Muestra como las cooperativas lácteas lograron superar problemas, como la concentración del mercado por parte de empresas internacionales. El mercado lechero chileno se había estancado, con precios muy bajos para los productores, y los tamberos consiguieron a través de la asociación industrializar la leche, innovar, sumar tecnología y competir, lo que fue clave para mejorar el precio que recibían los tamberos.
- Es una experiencia que durante muchos años funcionó también en la Argentina, pero desde hace años aquí hay industrias lácteas en crisis.
- En la lechería argentina, lo que sucede es que los últimos diez años de SanCor nos hacen olvidar el liderazgo que tuvo esta cooperativa durante más de 30 años, en los que pudo defender a muchos tamberos, generar empleo y desarrollo y en las cuencas lecheras. En el módulo internacional también van a participar especialistas de Francia que van a contar cómo implementaron criterios de gestión ambientales, vinculados con el cuidado del suelo, la fertilización y nutrición. En este momento están exportando nutrientes y fertilizantes, y también asesoran a los productores para sumar tecnología y mejorar el rendimiento por hectárea. Lo bueno, insisto, es que va a ser un congreso internacional de cooperativismo pero enfocado en tomas muy concretos.
- ¿Qué casos de cooperativas locales se van a analizar?
- Los referentes de Fecovita van a explicar cómo trabajan el tema de la financiación con pequeños y medianos productores. La gente de ACA va a hablar de los desarrollos que están haciendo en bioeconomía y biocombustibles (tienen una planta de etanol en Villa María). También van a participar integrantes de la Cooperativa Liebig, que elaboran la yerba Playadito, que se van a enfocar en la estrategia comercial y capitalización de cooperativas.
- ¿Está prevista la participación de algunos referentes del arco político?
- Tenemos un módulo específico para este tema y ya confirmaron su presencia los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, que además es el presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), y de Salta, Juan Manuel Urtubey. También invitamos a María Eugenia Vidal, que todavía no confirmó su asistencia. El lunes 10 de septiembre, además, vamos a realizar una jornada para jóvenes dirigentes cooperativos, que está vinculada a la capacitación y a la gestión. Va a tener un módulo especial para las mujeres que son dirigentes cooperativas, con una charla con la directora de la Corporación Mondragón y una cooperativista uruguaya, entre otros temas.
- En la difícil coyuntura que atraviesa la economía del país, Coninagro va a plantear alguna cuestión específica durante el congreso.
- Vamos a hablar de nuestra propuesta para las economías regionales, que podría convertirse, posiblemente, en un proyecto de ley. Uno de los aspectos centrales es el acceso a financiamiento para que se puedan desarrollar las pymes, cooperativas y empresas. La producción necesita de un financiamiento especial para que se genere más trabajo y más desarrollo. Es la forma también de que el Estado recaude más recursos y pueda achicar su déficit, en vez de imponer más impuestos que terminan impactando en forma negativa en la actividad económica.