El equipo económico saca cuentas por estas horas. ¿Su misión? Achicar más de lo que había calculado el déficit fiscal que espera para 2019. “Evaluamos mejorar los ingresos en vez de ir por los gastos”, comentaban ayer desde un ministerio para decir que la prioridad pasa por reforzar la recaudación. En ese sentido, la principal alternativa sería aplicar retenciones de manera generaliza a las exportaciones. ¿Los motivos? La necesidad del Tesoro de enviar una señal fuerte al mercado de que se hará con los recursos para pagar la deuda y alejarse de los temores del default.
Según fuentes oficiales, el plan iría más allá de gravar sólo las exportaciones del campo. Analizan incluir también a sectores como la industria, la energía -sus exportaciones en el año aumentaron 91,6%-, minería, entre otros. En cada caso evalúan saltear cuestiones legales -minería-.
El ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, anticipó en la semana que el Gobierno buscará adelantar el cumplimiento del objetivo fiscal con el Fondo Monetario Internacional. La meta del 1,3% del PBI para 2019 será “techo”. Cerca del Presidente señalan que el objetivo consistirá en alcanzar algún número entre cero (la meta de 2020) y el 1,3% del PBI.
El oficialismo busca el apoyo político de la oposición a la hora de presentar esta propuesta en el proyecto de Presupuesto 2019 el próximo 15 de septiembre. En coincidencia, en Washington, el staff del FMI elevará por esos días al Board el plan de Argentina: flexibilizar las fechas de desembolsos y darle mayor grado de libertad al Central a la hora de intervenir evitando situaciones como las de esta semana cuando el dólar llegó a $42. Así entonces llegaría al menos un desembolso del FMI por U$S 3.000 millones.
Algunos números sobre el tema retenciones. El economista Luciano Cohan, socio del estudio Elypsis y hasta hace poco miembro del equipo económico, tuiteó este jueves que una alícuota de 5% a las retenciones de todos los productos recaudaría entre U$S 3.500 millones y U$S 4.000 millones en 2019. ¿Qué significa? Dujovne tendría casi dos terceras partes del financiamiento del déficit fiscal asegurado. Tema no menor en un momento donde se le cerraron los mercados internacionales. Desde hace días economistas, bancos e inversores demandan al Gobierno una explicación detallada de las necesidades de financiamiento 2019.
Los analistas coinciden en que las exportaciones son un impuesto malo. La diferencia entre quienes están a favor y en contra radica en que para unos el dólar en $35-$40 justifica el gravamen. Según Cohan, con una alícuota de 5%, el tipo de cambio para los exportadores en los niveles actuales seguiría siendo competitivo. “Es similar al de 2004-2005”, dice Marina Dal Poggetto, directora del estudio Eco Go, sobre el tipo de cambio real. La economista defiende la suba de retenciones: “No se puede permitir que el mercado determine la distribución del ingreso”.
Según Daniel Marx, director de Quantum Finanzas, las retenciones sobre las exportaciones “ayuda en el corto plazo para morigerar los aumentos en los precios locales como consecuencia de la devaluación y conseguir más recaudación”. “Pero complica la integración con el mundo”. Argentina produce partes que se verían impactadas o incluso empresas que importan para exportar.
En las últimas horas las cerealeras apuraron el registro de exportaciones. Lo hicieron ante los rumores de las retenciones y luego de que dos semanas atrás el Gobierno avanzara sobre las retenciones a la soja. Si bien mantuvo el esquema de rebaja en el poroto, suspendió el previsto para aceites y harinas. El ahorro buscó generar $ 65.500 millones para lo que resta de 2018 y 2019. Pero no alcanzó y ahora Dujovne va por más. “La política fiscal del Gobierno será más agresiva”, anticipan desde la Casa Rosada. “Vamos a trabajar el fin de semana en ello”. Los anuncios se esperan para el lunes.