En el contexto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la Casa Blanca anunció que otorgará subsidios, con el objetivo de “defender a los productores norteamericanos de las injustas tarifas retaliatorias”, según manifestó en su cuenta de Twitter, Sonny Perdue, secretario de Agricultura de ese país.
Los farmers americanos recibirán unos 4.696 millones de dólares, de los cuales 3.629 millones (el 77% del total) estarán destinados a la soja. Los fondos también alcanzarán a los cultivos de algodón, maíz, sorgo y trigo. Por el lado de producción animal, también se destinarán recursos al sector porcino (290 millones de dólares) y a los tambos (127 millones de dólares).
En el caso específico de la soja, en donde el USDA estima una cosecha récord que se ubicaría sobre las 130 millones de toneladas, los productores recibirían 60 dólares por tonelada. Esta medida solo alcanzará a aquellos que declaren un ingreso fiscal menor a los 900.000 dólares anuales.
¿Cuál es el impacto a nivel global de esta medida? En diálogo con delsector.com, Rodolfo Rossi, que forma parte de la Comisión Directiva de ACSOJA, estimó que chinos y norteamericanos están midiendo fuerzas. “Los productores de Estados Unidos reaccionaron mal con el tema de las tarifas, la Asociación Americana de Soja hizo planteos y los distintos estados, a través de sus representantes, buscan destrabar la situación”, analizó.
La guerra comercial con China es un balde de agua fría para los productores, que con su voto ayudaron a cimentar el camino que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca. Desde su perspectiva, Rossi advirtió que esta medida, si bien es un paliativo, podría tener un impacto a nivel global. “Es una situación bastante incómoda y a nivel internacional lo vemos como un hecho negativo”, remarcó.
Desde el norte, y en un escenario bajista de precios, los pronósticos de cosecha de la oleaginosa son alentadores, por lo que los primeros cálculos permiten afirmar que estos 60 dólares por toneladas podrá sostener el precio del grano. Pero es un arma de doble filo, porque en la concepción liberal norteamericana, un subsidio implica quitar dinero para destinarlo a otro sector. “No creo que los productores americanos se convenzan fácilmente con este tema”, sostuvo.
La realidad es que los sojeros norteamericanos quieren una solución a largo plazo. “Ellos ven que el Gobierno tendrá que poner mucho dinero, y lo ven como algo no sustentable”, señaló. En este sentido, agregó que “dentro del Partido Republicano, existen muchas voces que se han levantado contra estas medidas, que no solo afecta a la soja”.
Pensando en la próxima siembra de soja que se aproxima en América Latina, Rossi señaló que “todos perdemos, y más que nada los países del Cono Sur, que vamos a sembrar una soja con un precio más bajo que el que podríamos tener”.
Por Andrés Lobato