Los importadores de soja de la Unión Europea (UE) compraron en las últimas cinco semanas una cantidad casi cuatro veces mayor de grano en los Estados Unidos que en el mismo periodo del año anterior, informó esta semana la Comisión Europea.
La cantidad no es tan determinante como el salto en porcentaje: la importación de granos de soja pasó de 93.850 a 359.305 toneladas. El aumento relativo fue aun mayor en el caso de las harinas de soja, cuya importación pasó de 5.373 a 184.663 toneladas, unas 33 veces más.
Se cree que el aumento de importación de soja estadounidense es uno de los motivos por los que Trump se mostró dispuesto la semana pasada a evitar una escalada de la disputa comercial con la UE durante un encuentro con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Los agricultores estadounidenses están sufriendo actualmente los efectos de los aranceles impuestos por China en medio de la disputa comercial iniciada por Trump. La UE también amenazó con nuevos aranceles a la soja estadounidense si Washington introducía impuestos a la importación de vehículos europeos.
Según la Comisión Europea, el aumento de las importaciones de soja de Estados Unidos está relacionado sobre todo con la evolución de los precios. La tonelada de soja estadounidense cuesta una media de 332 euros, por debajo de los 358 euros de la tonelada de soja de Brasil, hasta ahora el principal suministrador de la UE. También hay una evolución similar con los precios de la harina de soja.
Buena parte de la harina de soja que produce la Argentina se embarca hacia la
Unión Europea, un destino al que le siguen Tailandia, Malasia y Vietnam, entre
otros.
Buena parte de la harina de soja que produce la Argentina se embarca hacia la
Unión Europea, un destino al que le siguen Tailandia, Malasia y Vietnam, entre
otros.
En la UE la soja se utiliza sobre todo como alimento en ganadería y para la producción de leche. Dentro del bloque europeo se produce sólo en pequeñas cantidades, por lo que cada año se importan unas 30 millones de toneladas.
En julio de este año el 37 por ciento de las importaciones de granos de soja y el 13 por ciento de las de harina de soja procedieron de Estados Unidos, según la Comisión Europea, versus 9 y el 0,3 por ciento, respectivamente, de hace un año.
Seguimiento
La Comisión Europea (CE) puso en marcha un mecanismo para evaluar dos veces al mes la evolución de las importaciones europeas de soja estadounidense, uno de los productos que la Unión Europea tiene la intención de importar en mayor cantidad para rebajar la tensión comercial con Estados Unidos.
El informe bimensual es el primer paso implementado por el bloque europeo para cumplir con los compromisos acordados por la UE y EEUU la semana pasada en Washington, donde Bruselas se avino a aumentar sus importaciones de soja y gas natural licuado estadounidenses.
Esta evaluación incluirá información sobre el volumen de importaciones de EEUU, el porcentaje procedente de ese país entre todas las importaciones de soja y los cambios en este porcentaje y en los precios.
El precio es la clave
"La UE puede importar más soja de Estados Unidos y lo está haciendo mientras hablamos. Es una situación en la que ganan los ciudadanos europeos y los estadounidenses", afirmó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en un comunicado.
El compromiso entre Juncker y el presidente estadounidense, Donald Trump, se selló el pasado miércoles, por lo que la inmensa mayoría del incremento se produjo antes de este acuerdo bilateral y no puede atribuirse a la voluntad europea de aumentar la compra de soja para rebajar las tensiones comerciales.
Preguntada por estas cifras en la rueda de prensa diaria de la CE, la portavoz Mina Andreeva respondió que la UE "no esta forzando a empresas privadas a comprar más soja", sino que deja "que las fuerzas del mercado se desarrollen".
La portavoz explicó que los aranceles de China a la soja estadounidense harán que más exportaciones estadounidenses acaben en la UE y que, como resultado de este aumento de la cantidad, se reducirá su precio.
"Naturalmente, la soja estadounidense se volverá más competitiva y para los agricultores tendrá más sentido comprarla más barata (de EEUU) que de cualquier otro sitio", dijo Andreeva. Y agregó: "Esperamos que esta tendencia continúe por las condiciones de mercado correctas".