En la Mesa de las Carnes que se reunió este jueves en la Exposición Rural se valoró haber accedido a nuevos mercados (China, Japón) pero destacaron que ahora la competencia para avanzar en el ranking será cada vez más dura.
La devaluación favorece el escenario ganadero, pero el desafío es que esa mejora competitiva se traslade a toda la cadena, para optimizar la eficiencia productiva.
Sin embargo, la perspectiva es buena. Argentina, que estaba en el tercer lugar en 2005, con 700.000 toneladas exportadas, bajó al puesto 17° en 2015 con menos de 200.000 toneladas de ventas externas.
Desde ese piso, duplicó la cantidad en los últimos dos años y terminaría 2018 en el 7° lugar, con 435.000 toneladas.
Así también lo destacó el vicejefe de Gabinete de la Nación, Gustavo Lopetegui, quien destacó los avances del sector cárnico y ratificó que las retenciones a la exportación de granos que el presidente Mauricio Macri eliminó al comienzo de su gestión, se fueron para no volver.
"En los últimos dos años y medio hemos visto un progreso muy importante, tanto de la producción como de las exportaciones. Este año vamos a terminar exportando el doble de carne vacuna de lo que se exportó en 2015, un 100 % en tres años es un signo muy positivo pero todavía nos queda un camino enorme por recorrer", señaló.
"Argentina estuvo diez años afuera de los mercados mientras países que no tenían una trayectoria como Uruguay o Paraguay terminaron exportando más carne que nosotros cuando la marca argentina sigue siendo reconocida y pedida por todos los que están empezando hoy a poder comer carne porque tienen más poder adquisitivo, con lo cual, la oportunidad es gigantesca", puntualizó.
Luces y sombras
-El aumento del peso de faena (de 350 a 500 kilos) es una necesidad para crecer, pero por ahora el consumo interno no paga esa posibilidad. Los novillos pesados pueden ofrecer la misma calidad y terneza que la ternerita o el novillito, fetiches de los argentinos.
-Hubo avances en la transparencia comercial, pero todavía crujen los intereses de los distintos eslabones, particularmente por la informalidad fiscal de algunas carnicerías y la distribución por media res en vez de por cortes envasados al vacío como es tendencia global.