Con la trilla de los lotes de segunda terminada, el balance de la cosecha sojera en Entre Ríos es tan malo como se esperaba. En la última campaña apenas se cosecharon 1.103.817 toneladas; es decir, un 67% menos que lo que se había producido el ciclo anterior (2.277.070 toneladas), de acuerdo a los datos que acaba de publicar la Bolsa de Cereales entrerriana.
Según la entidad, es la peor cosecha de la oleaginosa en 18 años, a pesar de que el área sembrada se había incrementado un 1% en comparación con el año pasado y había llegado a 1,2 millones de hectáreas.
“El impacto de la sequía, que comenzó a manifestarse a mediados de noviembre del 2017, y las reiteradas precipitaciones desde fines de abril a inicios de mayo ocasionaron una drástica caída en el rendimiento potencial del cultivo y el deterioro en la calidad comercial de la semilla”, explican los técnicos de la entidad.
La combinación de estos factores ocasionó la pérdida de 69.500 hectáreas, lo cual representó el 6 % de la superficie total implantada. El rendimiento promedio provincial fue de apenas 968 kilos por hectáreas y reflejó una caída del 66%, es decir una merma de 1.853 kilos por hectárea en relación al año pasado.