El clima se volvió variable e inestable y la incertidumbre gana terreno. Los especialistas destacan el rol de los pronósticos a corto plazo por ser de los más tácticos y certeros, aunque los que menos posibilidades de adaptación y planificación validan.
Carlos Di Bella –director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar– no dudó en insistir en que “la variabilidad climática siempre existió, aunque en los últimos años se intensificó”, al tiempo que subrayó: “Nos movemos entre picos extremos cada vez más versátiles”.
En referencia a las recientes precipitaciones registradas durante abril, el especialista aseguró que, si bien estas lluvias resultaron alentadoras y compatibles con lo que históricamente llueve en este mes del año, no resuelven la escasez hídrica sufrida hasta el momento.
“De ninguna manera, el problema de la sequía, está solucionado”, sentenció, al tiempo que instó a reflexionar sobre la verdadera cantidad de agua acumulada en los perfiles: “Si el suelo estaba muy seco y se registraron precipitaciones de gran intensidad, tenemos que calcular un 20% de pérdidas por escurrimiento superficial”.
Como consecuencia, el especialista aseguró que “todavía no están cubiertas las necesidades de agua en muchos lugares de la región pampeana”. Es que, en el mejor de los casos hablamos de entre 60 y 70 mm ingresados con estas lluvias de abril.
Para complementar esta idea, Di Bella detalló: “En los mapas vemos que en lugares muy puntuales de la región pampeana llovió entre 75 y 200 milímetros”.
A su vez, se registraron anomalías positivas de precipitación en gran parte del sur de Santa Fe y Entre Ríos, norte, este y centro de Buenos Aires, y este de Córdoba de entre los 35 y los 50 mm, es decir un 50 % más de lo normal, en algunos casos. En el resto de la región, hubo lluvias cercanas o por debajo de lo normal.
Con respecto a mayo, Di Bella estimó precipitaciones “iguales a las de abril o por debajo de lo normal, en algunas zonas”, y aseguró que “los cultivos no están en condiciones óptimas para la próxima campaña”. En este contexto, recomendó “estar atentos a los pronósticos y alertas a lo que pasa con la lluvia y los perfiles de suelo para la próxima campaña”.
“Quizás, en algunas zonas del norte de Buenos Aires, algunas porciones del sur del Santa Fe, alcanzaron a cubrir el perfil de agua en mayoría, pero el resto de la región pampeana tiene una situación complicada”, confirmó el director del Instituto.
En cuanto a la tendencia trimestral, Di Bella anunció que “los modelos muestran condiciones de déficit hídrico para mayo, junio y julio”, lo que no implica que haya zonas con lluvias entre normales y por encima de lo normal.
“Se vienen tres meses muy variables en los que se esperan meses con lluvias predominantemente por encima de lo normal en la Mesopotamia y Buenos Aires, mientras que en Cuyo y en el centro de la región Pampeana las precipitaciones serían por debajo de lo normal”, subrayó el técnico.
Por último, vaticinó una “campaña signada por el día a día” que dependerá del agua que vaya cayendo. “No vamos a encontrar perfiles repletos de agua ni lluvia en abundancia para cubrir las necesidades de los momentos críticos del cultivo”, sentenció.