Hasta hace unos días, la tendencia venía marcando una acentuada suba.
Tres son los factores que ha incidido con mayor fuerza sobre la formación del precio en ascenso.
Sin duda, en primer lugar debe remarcarse el problema climático de nuestro país.
La seca sigue golpeando la pampa húmeda. ¿Húmeda? Este año el calificativo parece una broma de mal gusto…
Marzo ha sido tan seco que hoy por hoy podemos afirmar que la sequía es mucho más cruel que la sufrida en la campaña 2008/09. Es así no sólo por su intensidad y persistencia sino también por la superficie afectada.
Las esperadas lluvias del fin de semana fueron un fiasco. Justamente la zona núcleo fue la que menos agua recibió.
El sureste de Córdoba y el sur de Santa Fe mostraron registros de apenas 5/10 mm.
Ahora resulta casi imposible esperar una mejora en la muy dañada soja de segunda. Las cartas de esta forma ya están echadas.
El área de la de segunda representa nada menos que alrededor del 25% de la superficie total de esta oleaginosa. Y como se están dando las cosas, probablemente el rinde sea de tan sólo 15 quintales por hectárea.
Entre la de primera y la de segunda, el volumen de cosecha apenas llegaría a 40 millones de toneladas.
Otro elemento que hizo a la suba del precio de la oleaginosa es el de la depreciación del peso respecto al dólar.
El gráfico que sigue muestra claramente cómo el dólar, desde mediados de diciembre, comenzó a subir. En aquel mes se supo que Gobierno pretendía relajar la política monetaria para favorecer el crecimiento económico. Con tal fin, las autoridades decidieron una suave reducción en la tasa de interés.
De esta forma, el dólar aumentó cerca de un 20% en tan sólo 3 meses.
Pero en los últimos días, el dólar empezó a quedarse en el mismo nivel bajo la fuerte presión vendedora del Banco Central, que ha logrado estacionarlo.
En el nuevo escenario, vigente desde la segunda semana de marzo, el dólar queda bajo la fuerza del Banco Central que no permitirá un nuevo incremento. Así es de esperar un período de relativa estabilidad.
El tercer factor está dado por la acción de los fondos.
A lo largo de febrero y en los primeros días de marzo, la soja estuvo bajo las fuerzas ascendentes de los fondos de inversión.
Pero la taba, al menos por ahora, se ha dado vuelta.
En los últimos días se nota la presión dada por ventas técnicas y, además, por la expectativa de aumento en el área de siembra de la oleaginosa en EE.UU.
Está claro que en este momento han tomado la manija de los mercados los fondos que habrían decidido realizar ganancias, con una liquidación de posiciones compradas.
Con este cuadro, lógicamente, en el primer día de esta semana, se afirmó la tendencia a la baja en los precios de la soja…
El período de bonanza para los precios parece haber terminado. El detonante viene de la mano del comienzo de la trilla en el país.
Es que el dólar no presenta un panorama de alza para, por lo menos, los dos meses que vienen.
Además, los operadores locales e internacionales habrían tomado en cuenta la situación argentina en el mercado.
Y en consecuencia, los fondos estarían en salida.
Pero esta negativa tendencia no debería seguir por mucho tiempo, pues el cuadro productivo no resulta para nada alentador. Recordemos que los derechos de exportación están en baja…
Ahora, la palabra la tiene la producción en EE.UU.