El escándalo de corrupción que envuelve al gobierno de Michel Temer en Brasil provocó ayer una caída del 3,2% del precio de la soja en la Bolsa de Chicago, a partir de la fuerte devaluación del real frente al dólar, que mejora la competitividad de las materias primas exportables brasileñas, entre ellas la soja, producto de que el país sudamericano es el principal proveedor mundial, con ventas previstas en 63 millones de toneladas para la actual campaña por la estatal Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab).
Al cierre de los negocios, las pizarras del mercado estadounidense mostraron
bajas de US$ 11,39 y de 10,38 sobre los contratos julio y agosto de la soja,
cuyos ajustes resultaron de 347,14 y de 347,87 dólares por tonelada.
También bajaron ayer los precios del maíz, producto del que Brasil es el segundo
exportador mundial, con un saldo previsto por la Conab en 26 millones de
toneladas. Las posiciones julio y septiembre del cereal perdieron US$ 2,16 y
terminaron la rueda con valores de 144,09 y de 147,14 dólares por tonelada.
La tendencia bajista de las cotizaciones de los granos quedó evidenciada
desde el inicio de la jornada bursátil, cuando la devaluación del real frente al
dólar oscilaba entre el 8 y el 8,5%. Ocurre que frente a este debilitamiento de
la moneda de Brasil, los operadores de Chicago especularon con ventas masivas de
soja y de maíz brasileño, en detrimento de la posible colocación de estos
productos por parte de los vendedores estadounidenses.
Tuvieron en cuenta en ese sentido que tanto en soja como en maíz, las ventas de los agricultores brasileños están demoradas respecto de 2016 y de los promedios históricos, justamente por la fortaleza que el real venía mostrando frente al dólar, que debilitaba la cantidad de reales recibidos por los productores.
Al cierre de los negocios, la agencia Reuters informó que los fondos de inversión que operan en Chicago liquidaron unos 21.000 contratos de soja, equivalentes a poco más de 2,85 millones de toneladas.
Guerra de monedas
El real, que finalmente se devaluó un 8,1% al pasar la paridad con el dólar de 3,134 a 3,389, no fue la única moneda en perder valor ayer. También se depreció el peso, un 2,5%, al variar de 15,51 a 15,90 pesos por dólar. Es decir que para los comercializadores de la soja estadounidense ésta también fue una mala noticia, porque mejoró la competitividad argentina, en momentos en que las ventas de los productores evidencian un atraso del 13,6% frente a igual momento de 2016.
Justamente la devaluación del peso fue la que ayer amortiguó en el mercado disponible el impacto de las fuertes bajas externas. Por tonelada de soja con entrega inmediata las fábricas ofrecieron en forma abierta $ 3800 pesos para la zona del Gran Rosario, $ 50 menos que anteayer. Ante el rechazo de los vendedores, algunos compradores convalidaron hasta $ 3850 para lotes grandes y para fijaciones.
"El grueso de los vendedores terminó la jornada reclamando $ 3900 por tonelada de soja, un valor que no fue validado por los compradores", comentó a LA NACION un operador, que reconoció que la situación pudo haber sido más grave de no mediar la devaluación del peso, "que ayudó a que la demanda no trasladara a los precios el derrumbe externo".
En el Mercado a Término de Buenos Aires, la tónica bajista de Chicago tuvo más impacto sobre lasa cotizaciones. En efecto, las posiciones mayo y julio de la soja perdieron US$ 4,40 y 4,30, mientras que sus ajustes fueron de 246,50 y de 248 dólares por tonelada.
Ayer, por maíz argentino la exportación pagó entre 2320 y 2450 pesos, mientras que por trigo ofreció de 2450 a 2550 pesos por tonelada.