Primero haremos un breve repaso de cómo esta nuestro país posicionado ante el resto del mundo.
La Argentina es primer exportador de aceite y harina de soja del mundo, desplazando a Brasil y a EEUU. Es el segundo exportador de maíz, tercer productor mundial de biodiesel de aceite de soja, tercer productor y exportador mundial de poroto de soja, tercer exportador mundial de aceite y harina de girasol, segundo exportador mundial de semilla de girasol, séptimo exportador mundial de trigo y décimo tercer productor de este cereal.
Cabe destacar que estás estadísticas se han venido modificando especialmente en los últimos dos años, donde el avance de nuestro país en el posicionamiento en las tablas mencionadas, viene siendo firme y constante.
Hoy la Argentina produce 127 millones de toneladas de granos, contra los 106 millones de toneladas que se produjeron en el 2013 y los 102 millones de toneladas del año 2014. Aquí vemos un salto importante en la producción a partir de las medidas tomadas por el actual gobierno en relación a la eliminación total de las retenciones a las exportaciones para la mayoría de los productos y la reducción en otros. También influyó notablemente en la decisión de aumentar el área dedicada a los cultivos, la posibilidad de comercializar libremente. Con la apertura de las exportaciones e importaciones, los productores aumentaron notablemente la cantidad de campos dedicada a la producción granaria, encontrándose con la chance de tener “mercados transparentes” por la participación de muchos y variados compradores. Situación que en la década del 2000 no ocurría, porque directamente estaba “prohibido” exportar. Es destacable que tan solo con dos medidas puntuales: quita de retenciones y libre comercio, se aumentó en un 24,5% la producción granaria de nuestro país.
Para lograr llegar a los 200 millones de toneladas, habría que continuar avanzando en medidas que vienen siendo relegadas en los últimos 15 años.
Urgentemente se debe solucionar la logística de transporte e infraestructura. No puede ser que un flete camionero de Tucumán a los puertos del Río Paraná sea más oneroso que un flete marítimo al Sudeste Asiático. Hay que mejorar y construir autopistas y caminos que enlacen a todo el país productivo. Debemos volver a tener ferrocarriles de carga como los teníamos antes de la década de 1990. Lamentablemente en ese período, los ferrocarriles fueron desmembrados, destruidos y paralizados. El transporte por ferrocarril es mucho más seguro, eficiente y más barato que el transporte por rutas. Si mejoramos la infraestructura de caminos y ferrocarriles, bajaremos rápidamente los costos de fletes y transportes, siendo esta una carga insostenible en los costos de los productores y comerciantes de granos.
Y de una vez por todas, se debe considerar una importantísima modificación, baja y hasta eliminación de impuestos. Existen gran cantidad de gravámenes distorsivos que hacen inviable muchas de las producciones. La presión impositiva del campo es más del 65%.
Con todo lo que hemos detallado, la Argentina hoy produce 127 millones de toneladas de granos.
Si se continúa con los cambios mencionados y se realizan otros que influyan fuertemente en el modelo productivo de nuestro país, no estaremos tan lejos de lograr la afirmación del título.
Por Alejandro Ramirez - Analista agropecuario