Pese a la tendencia general a la baja de precios en el mercado internacional, los valores continúan con la presión ascendente que ejercen dos elementos. ¿Cuáles son?
En primer lugar, está el tipo de cambio en el mercado local.
La mejora en el valor del dólar es visible. Aunque con vaivenes, viene realizándose por la acción del Banco Central que, a través del Banco Nación, compra divisas para sostener el valor del tipo de cambio.
El gráfico que sigue nos muestra el recorrido del dólar en los últimos 30 días.
Fíjense que el día miércoles 10, el valor del dólar llega a uno de sus picos y, también, lo hace el de la soja.
Desde el día 3 de mayo, el Banco Central lleva adquiridos más de 700 millones de dólares, mediante operaciones de los bancos públicos. Por tal motivo, el dólar ha mejorado su posición.
Obviamente, este hecho permite mantener un piso en las cotizaciones locales.
Y en segundo lugar, se advierte la posición de los tenedores de soja ( y de maíz). Porque una cosa es la producción/disponibilidad y otra muy distinta es la oferta.
El pausado ritmo de ventas en un marco de producción cercano a 57 millones de toneladas de soja es llamativo.
Se trata, a la fecha, de algo más de 18 millones de toneladas comercializadas en todas sus formas.
Si se relaciona el volumen estimado de cosecha de la oleaginosa, las ventas con precio hecho en todo el país no llegan a un 15% del total.
Se trata del porcentaje más reducido de los últimos años.
Así las cosas, el precio local tiende a separarse aunque en una pequeña proporción del precio internacional de la soja. El miércoles 10 pasado hubo ofertas próximas a $ 3.800 que elevaron el promedio ponderado de la Cámara Arbitral a los $ 3.765.
Acentúa este proceso, la demora que registra la trilla en todo el país.
El fin de semana pasado nuevamente fue de lluvias o lloviznas. Por ello, tan sólo el 65% dela superficie sembrada de soja ha sido cosechada.
Ello revela una demora de aproximadamente 10 puntos porcentuales con relación a los últimos 5 años. Y, para peor, la sombra de un período prolongado de mal tiempo acecha sobre la producción argentina.
Desde el plano exterior, la siembra de soja en EE.UU. no está del todo encauzada. Se advierte una demora que algunos estiman en alrededor del 5% respecto a los últimos años.
El mapa siguiente (AG Web) muestra claramente cómo ha llovido abundantemente en la zona agrícola de EE.UU. Y en consecuencia, los problemas de encharcamiento dificultan las operaciones agrícolas.
Allí, vemos cómo (la zona amarilla) ha sufrido precipitaciones que van de 70 a 200 mm de lluvias, en tan sólo un mes.
En la zona que va desde Missouri a Indiana, los productores continúan dudando sobre si postergar la siembra maíz para llegar a la soja. El punto grave se halla en si se pasa del momento óptimo para la siembra de la oleaginosa.
En este cuadro, la incertidumbre crece frente a la posibilidad de nuevas precipitaciones.
Un sistema de baja presión cruzaría buena parte de la región de los Grandes Lagos. Se aguardan lluvias y tormentas eléctricas. El mal tiempo afectaría la Planicies y gran parte del Medio Oeste.
Siguen los indicios de mejoras para los valores. Aunque, justo es recordarlo, por ahora son sólo eso: indicios.