Este valor, que ayer fue equivalente a 239,80 dólares, no generó interés en buena parte de los vendedores, que tras tantas ruedas de "estabilidad nominal" esperan 3800 pesos para liberar mercadería.
Por esa razón, algunas de las fábricas más necesitadas de mercadería elevaron su propuesta inicial hasta un rango de 3750 a 3780 pesos por tonelada por lotes importantes y lograron concentrar el mayor volumen de negocios que, no obstante, resultó discreto.
Para los puertos de Bahía Blanca y de Necochea las ofertas de los compradores
fueron de 3700 y de 3650 pesos por tonelada, $ 50 por encima de los valores
vigentes el viernes.
En el Mercado a Término de Buenos Aires, las posiciones mayo y julio de la soja sumaron US$ 2,30 y 1,20, mientras que sus ajustes fueron de 245,60 y de 248,20 dólares.
Las pizarras de la Bolsa de Chicago mostraron ayer alzas de US$ 0,83 y de 0,64 sobre los contratos julio y agosto de la soja, cuyos ajustes cerraron en US$ 354,67 y en 355,13 por tonelada. Las ganancias fueron mayores hasta que la Asociación Nacional de Procesadores de Oleaginosas relevó la molienda estadounidense de abril en 3,79 millones de toneladas, por debajo de los 4,17 millones de marzo y de los 3,97 millones esperados por los operadores.
Tras el cierre del mercado, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) sumó un factor que podría restarle sostén hoy a los precios de la soja. En su trabajo semanal sobre cultivos, el organismo relevó el avance de la siembra de la oleaginosa sobre el 32% del área prevista, por encima del 28% previsto por el mercado y en paridad con el promedio de las últimas cinco campañas.
Respecto del maíz argentino, ayer los exportadores volvieron a proponer $ 2450 por tonelada para las entregas sobre Bahía Blanca; $ 2300 para el Gran Rosario, y $ 2250 para Necochea, sin variantes. Por las descargas diferidas para junio los compradores propusieron US$ 145.
En Chicago los operadores anticiparon un fuerte avance de la siembra del cereal y condujeron los precios a la baja. Los contratos mayo y julio perdieron US$ 1,28 y 1,37 al quedar con ajustes de US$ 144,78 y de 147,83. Y el USDA no sólo les dio la razón, sino que relevó el progreso de la implantación sobre el 71% del área, por encima del 68% promedio previsto por el mercado.