De manera inconsulta, la mayoría de los molinos harineros decidió imponer una
cláusula en los contratos de compra-venta de trigo donde establecen que la
bonificación por calidad la pagarán según sus propios análisis. Para la
Federación de Acopiadores se trata de una estafa, ya que en casos de
discrepancia son las Cámaras Arbitrales las encargadas de dirimir los
conflictos.
La calidad industrial del trigo tiene un importante impacto en su precio de mercado. Para la industria molinera, el porcentaje de gluten es una de las variables más valoradas. Cada porcentaje de incremento en los niveles de gluten le aporta, como mínimo, un promedio de 100 pesos adicionales por tonelada al precio del cereal. Por su impacto económico para las partes, el tema no es menor.
Desde la Federación de Acopiadores de Cereales denuncian que la mayoría de los molinos harineros incorporó una cláusula en los contratos de compra de trigo donde establecen que la calidad es únicamente la que determinan los análisis hechos por ellos mismos, es decir, el propio comprador. Además de burlar el sentido común y el elemental derecho a la defensa, esta práctica viola las normas y los usos y costumbres del comercio de granos, ya que en caso de que las partes del negocio no coincidan con el resultado de un análisis de calidad de granos se deberá dar intervención a la Cámara Arbitral que finalmente determinará la calidad a pagar.
En esta campaña se sembraron 4,66 millones de hectáreas de trigo. Los buenos resultados a cosecha que se vienen obteniendo hacen subir el promedio nacional de rendimiento de los 30,2 a 32,74 qq/ha que se obtendrían en este ciclo. El ajuste lleva la estimación de producción a 14,7 millones de toneladas. La vuelta al uso de tecnología en el cultivo marca un exitoso año desde el punto de vista de resultado en volumen de grano y también en lo que hace a calidad.