Pero la cantidad de agua, lejos de ser pareja, se ha enseñado sobre dos núcleos de lluvias. El más complicado, en el noreste bonaerense, donde Pergamino y Ramallo marcaron los máximos con 200 mm. El segundo se desarrolló en Córdoba, en Noetinger. Allí, las lluvias alcanzaron los 190 mm. Aparte, el evento se suma a las lluvias que se habían desarrollado el jueves y viernes que dejaron en el sur de Santa Fe y en el centro del norte Bonaerense acumulados en torno a los 70 y 90 mm.
El resultado de la continuidad de las severas tormentas es un cambio abrupto de escenario: de la falta de agua ahora vuelve a dominar el paisaje de anegamientos. Las inundaciones volvieron a ganar los lotes de las zonas más afectadas, hay un grave riesgo para la continuidad de los cultivos si el agua no se desaloja completamente en los próximos días. Hay sectores rurales y urbanos ampliamente comprometidos.
En el este Córdobés, la zona más postergada de la región por las precipitaciones, en los últimos dos días hubo acumulados por encima de los 100 mm. Encabeza la lista Noetinger con 190 mm, y le sigue Pozo del Molle con 138 mm, Monte Buey 110 mm, Idiazabal con 100 mm y Hernando con 72 mm. Hubo algunas excepciones como por ejemplo en Bengolea con 40 mm, o en Colonia Almada, donde llovió en sus alrededores y allí solo se midieron 24 mm.
Sur de Santa Fe, las lluvias estuvieron entre los 100 y 140 mm en esta última tanda de tormentas; se destacan Bigand con 140 mm, Carlos Pellegrini con 126 mm. Le siguen Pujato y Montes de Oca con 120 y 114 mm respectivamente.
La zona más conflictiva es el noreste de Buenos Aires. Ramallo y Pergamino son las más afectadas con esta última descarga de 200 milímetros, que se suman a los registros de los días jueves y viernes. También volvió a llover en General Pinto 86 mm, donde previamente habían caído 54 mm.
El temporal de lluvias estuvo acompañado de granizo en el sureste cordobés, se reportan daños sobre los cultivos en Rio Cuarto, Chazón y Justiniano Pose.