La de ayer fue una jornada de extremos en la Bolsa de Chicago. Mientras la soja se vio revitalizada y cerró con una suba del 2,66% por la especulación de los inversores con tiempo seco sobre las zonas productoras estadounidenses para la segunda mitad de julio, el maíz volvió a hundirse tras perder un 3,75%, luego de que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) relevó el stock trimestral y el área sembrada 2016/2017 por encima de las previsiones del mercado.
Al cierre de los negocios, las pizarras mostraron alzas de US$ 11,20 y de
12,40 sobre los contratos julio y agosto de la soja, cuyos ajustes fueron de
431,47 y de 431,47 dólares por tonelada. La posibilidad de que el clima seco
coincida con el momento en que los cultivos comenzarán a expresar su potencial
de rendimiento fue la razón (o la excusa) tomada por los fondos de inversión
para comprar unos 19.000 contratos, equivalentes a poco más de 2,58 millones de
toneladas.
De no mediar los especuladores, muy posiblemente los precios de la soja hubieran tenido otro rumbo. En su informe trimestral sobre el stock estadounidense al 1º de junio, el USDA relevó existencias por 23,68 millones de toneladas, un 38,8% por encima del volumen vigente un año atrás, de 17,06 millones. Además, el dato oficial superó los 22,56 millones previstos por el mercado.
En el segundo reporte, sobre superficies sembradas, el USDA relevó el área
cubierta con soja en 33,89 millones de hectáreas, un dato que superó los 33,47
millones de la campaña 2015/2016, pero que quedó por debajo de los 33,95
millones calculados por los operadores.
En su análisis de los informes del USDA, la corredora Granar SA indicó que el organismo proyectó el área sojera que será efectivamente cosechada "en 33,63 millones de hectáreas que, si se le aplica el rinde promedio estimado en el reporte mensual de junio, de 31,41 quintales por hectárea, da una cosecha 2016/2017 de 105,63 millones de toneladas, por encima de los 103,42 millones calculados entonces". La firma añadió que tras las cifras reveladas por el USDA para la soja "el clima continuará siendo el factor decisivo para los precios en los próximos meses".
En cuanto al maíz, las pizarras de Chicago mostraron quitas de US$ 5,51 y de 4,82 sobre los contratos julio y septiembre, cuyos ajustes resultaron de 141,23 y de 143,89 dólares por tonelada. Con estas nuevas pérdidas, ambas posiciones resignaron un 18,05 y un 17,45% de su valor desde el cierre del 17 del actual, cuando los valores fueron 172,33 y 174,30 dólares.
Durante la rueda, los fondos liquidaron otros 20.000 contratos de maíz, equivalentes a 2,54 millones de toneladas. La corriente vendedora, que ayer sumó la novena jornada consecutiva, fue la reacción de los inversores a los informes del USDA. En ellos, el organismo estimó el stock trimestral estadounidense al 1º en 119,95 millones de toneladas, un 6,05% por encima del volumen vigente un año atrás, de 113,11 millones, y de los 115,02 millones previstos por los operadores. En cuanto al área sembrada, la relevó en 38,13 millones de hectáreas, por encima de los 35,64 millones del ciclo 2015/2016 y de los 37,62 millones esperados por el mercado.
"El USDA proyectó el área cosechada en 35,05 millones de hectáreas que, si se le aplica el rinde promedio calculado por el organismo en su trabajo mensual de junio, de 105,45 quintales por hectárea, daría una cosecha récord histórico, de 369,60 millones de toneladas, contra los 366,54 millones proyectados en dicho reporte", detalló la firma Granar SA. Según la corredora, las cifras aportadas por el USDA "no son nada auspiciosas para los precios del maíz, sobre todo si la seca anunciada por los climatólogos no afecta el desarrollo de los cultivos".
Demanda urgida
En el mercado local la soja se favoreció con las subas externas y con las urgencias de los compradores. Por tonelada disponible las fábricas pagaron $ 4500 para la zona del Gran Rosario, $ 200 más que anteayer. Durante la rueda se negociaron unas 100.000 toneladas.
También en Bahía Blanca y en Necochea la demanda pagó $ 4500 por tonelada de soja, $ 150 por encima de los valores vigentes anteayer.
Pese a las bajas externas, el maíz argentino se mantuvo muy firme ayer, dado
que los exportadores volvieron a pagar $ 3000 por tonelada para la zona del Gran
Rosario, para Bahía Blanca y para Necochea. "Las nuevas lluvias; la mercadería
comprada que no llega, y la fila de buques a la espera de cargar tienen en
alerta a los compradores, que no tuvieron chances de mirar lo que pasaba en
Chicago", contó a LA NACION un operador local. El FAS teórico del cereal ayer
fue de $ 2442. Las pérdidas se reflejaron sobre el maíz nuevo, que cayó de 160 a
153 dólares en Rosario.
La lluvia otra vez limita el avance de la cosecha
El retorno de las lluvias a buena parte de las zonas agrícolas argentinas volvió a limitar el progreso de la cosecha de granos gruesos durante los días precedentes. Así lo reflejó ayer en su informe semanal la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La entidad relevó el progreso de la cosecha de soja sobre el 96,4% del área apta, con un avance semanal de sólo 1,4 puntos y con una demora interanual de 3,6 puntos. "Con un rinde promedio de 30,7 quintales por hectárea, y luego de recolectarse más de 17,7 millones de hectáreas, el volumen acumulado en chacra ya supera los 54,5 millones de toneladas", dijo la entidad, que sostuvo en 56.000.000 de toneladas el volumen final.
En cuanto al maíz para grano comercial, la Bolsa relevó el avance de la cosecha sobre el 41% del área, con un progreso semanal de 2,9 puntos. La entidad mantuvo su expectativa de cosecha en 28 mill./t.