Las caras de una misma moneda. Entre el martes y el jueves los fondos de inversión que operan en la Bolsa de Chicago especularon con pérdidas superiores a los 10 millones de toneladas en la cosecha argentina de soja y con la reducción de la molienda, producto de los excesos hídricos que paralizaron la recolección y que restringieron la llegada de la mercadería a las plantas procesadoras.
Para reforzar su jugada, en esas ruedas compraron unos 69.000 contratos de la
oleaginosa (equivalentes a casi 9,4 mill./t), con lo cual llevaron sus precios
hasta el nivel más alto desde agosto de 2015. Pero ayer, con el retorno del
tiempo seco a la Argentina, estos operadores optaron por liquidar 21.000 de
aquellos contratos para retirar una parte de las ganancias obtenidas (compraron
barato/vendieron caro) y provocaron una caída próxima al 3% para el valor de la
soja. Para la harina el derrumbe fue del 4 por ciento.
En efecto, al cierre de los negocios las pizarras de Chicago mostraron quitas de US$ 11,67 y de 11,48 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes resultaron de 362,66 y de 366,06 dólares por tonelada. No obstante, el balance semanal fue positivo para estas posiciones, que sumaron un 3,24 y un 3,32% frente a los valores vigentes el viernes anterior, de 351,27 y de 354,30 dólares.
Si bien en las últimas dos semanas los precios de la soja recibieron el
beneficio de la firmeza (relativa) del petróleo y de la debilidad del dólar
frente al euro, que mejora la competitividad de las materias primas
estadounidenses en el mercado exportador, el único fundamento alcista de
relevancia fue el incierto volumen de la cosecha en la Argentina. Sin embargo,
si las pérdidas oscilan entre los 3,3 millones de toneladas calculados por el
Ministerio de Agroindustria de la Nación y los 4 millones proyectados por la
Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el movimiento alcista se habría
sobredimensionado, con la consecuente posibilidad de eventuales nuevas bajas en
las próximas ruedas.
Cabe tener en cuenta que las existencias finales estadounidenses de soja 2015/2016 fueron calculadas recientemente por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en 12,11 millones de toneladas, un volumen que resulta un 132,4% mayor al stock dejado por el ciclo 2014/2015. En las próximas semanas comenzará la siembra 2016/2017 en el Medio Oeste y la previsión oficial es que se cubran con la oleaginosa unos 33,29 millones de hectáreas, una superficie ligeramente inferior a los 33,49 millones de la campaña precedente, por lo que, de no mediar contingencias climáticas, la oferta estadounidense volverá a ser abundante, al oscilar de 103 a 105 millones de toneladas, e impedirá una reducción significativa de las reservas que, en definitiva, son el principal fundamento bajista del mercado.
Impacto doméstico
Durante las primeras operaciones del día en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) los compradores ofrecieron hasta $ 3500 por tonelada de soja, $ 100 menos que anteayer. Pero tras la fuerte caída externa, las propuestas de las fábricas se fueron desinflando hasta llegar a $ 3400 para negocios puntuales por lotes importantes y a $ 3300 por negocios con descarga contractual (30 días). Según fuentes del sector comercial, durante la rueda se negociaron entre 20.000 y 25.000 toneladas, muy por debajo de las 150.000 t de la jornada anterior.
Además de las bajas en Chicago, el otro factor que descomprimió el nivel de precios fue la normalización en el ingreso de camiones con soja en la zona de Rosario. Según el reporte de la BCR, durante la jornada llegaron 2902 unidades. Esa cifra resultó un 47,2% mayor a la del jueves, de 1972 camiones, y un 218,9% superior a la del viernes anterior, de 910 unidades.
Sin ofertas abiertas en la BCR, se habrían propuesto US$ 242 por soja con entrega en junio, US$ 8 menos que anteayer. En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones mayo y julio de la oleaginosa retrocedieron US$ 9,80 y 9,50, mientras que sus ajustes fueron de 246,20 y de 249,70 dólares.
Acerca del maíz, las pizarras de Chicago mostraron bajas de US$ 5,02 y de 5,61 sobre los contratos mayo y julio, cuyos ajustes fueron de 146,35 y de 147,83 dólares. En el balance de la semana estas posiciones resignaron un 1,79 y un 1,70% frente a los valores vigentes el viernes anterior, de 149,01 y de 150,39 dólares. También en este caso los fondos de inversión fueron los responsables de la tónica negativa, con la venta de 18.000 contratos, equivalente a poco más de 2,28 millones de toneladas.
En el nivel local la oferta fue muy escasa y los exportadores ofrecieron $ 2550 para la zona del Gran Rosario, sin cambios, y $ 2500 para Bahía Blanca, $ 50 menos que anteayer. El cereal para entrega en junio cayó US$ 10 para ambos destinos, dado que se cotizó a US$ 155.
Las posiciones abril y julio del maíz en el Matba perdieron US$ 8 y 4,60, mientras que sus ajustes fueron de 180 y de 158,40 dólares.
El trigo estadounidense, artificialmente elevado por los fondos especuladores entre el lunes y el miércoles, ayer cayó US$ 10,57 en Chicago y cerró con un valor de US$ 171,59.
En la plaza local, los exportadores pagaron $ 2200 por tonelada de trigo para Bahía Blanca y $ 2100 para Rosario, sin cambios. Los molinos ofrecieron de $ 2000 a 3800, según calidad, procedencia y forma de pago.