El optimismo sobre la producción por parte de los analistas del departamento de agricultura de EE.UU. es manifiesto.
Tales analistas proyectan incrementos en los stocks de maíz, trigo y soja. Apenas conocidas estas proyecciones los valores cayeron con fuerza.
Para peor de males, en lo referente a precios y para mejor de toda la producción argentina, el área agrícola de nuestro país fue extraordinariamente beneficiada por una voluminosa lluvia entre el lunes y el martes.
Todavía no conviene precisar datos concretos pero se puede afirmar que en gran parte de la zona núcleo las lluvias llegaron a 50 mm.
Aunque los primeros registros hablan de menores lluvias hacia el este.
Después de más tres semanas con déficit de humedad, realmente grave por la época de desarrollo para la soja y el maíz,el agua llegó a Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y también de Córdoba
Córdoba es un caso muy especial. La situación para el sur de la provincia es diametralmente opuesta con lotes que venían anegados e incluso inundados.Hay partes donde en sólo este año ha llovido más de 350 mm.
Las precipitaciones cortaron la seca, aunque lamentablemente ya hay una potencial reducción de rindes en la soja. Grandes manchones de soja marchita, baja altura de planta, pérdida de vainas, reducción del tamaño del grano, trips y arañuelas son parte del problema. Los más sufridos, quizás, sean los de ciclo corto, sembrados en las zonas de lomas.
También los maíces han sufrido en nuestro país. Se advierte claramente el acartuchamiento de los tardíos.
Alrededor del 40 de la superficie implantada con maíz se encuentra en la etapa de panojamiento y floración. Sin dudas, las lluvias recientes han caído como anillo al dedo. Una bendición, esperada con angustia.
Con estas lluvias, es posible que se alcance un volumen de 23 millones de toneladas en este ciclo.
Llaman la atención las proyecciones, respecto al mundo, de producción de maíz, por demás positivas.
Obviamente, los mercados responden a tales números, con visibles reducciones de precios. Pero no sería descartable aguardar una corrección en suba, una vez pasada la marea optimista.