El tema de preocupación ahora es el más inesperado. Con El Niño, paradójicamente, los cultivos gran parte de la región agrícola sufren la falta de agua.
Alrededor del 60% de la zona agrícola presenta problemas de falta de lluvias, luego de una seguidilla de días de excesivo calor.
En algunos casos, el problema es menor. Pero en otros, adquiere un cariz realmente grave.
En el este de la región núcleo, la ausencia de lluvias afecta seriamente el maíz temprano que se encuentra en pleno proceso de llenado de grano. Ya se puede estimar una generalizada baja en el rendimiento.
Durante todo enero, los partidos de San Pedro, Baradero, Capital Sarmiento y San Antonio de Areco sólo tuvieron lluvias de escasa magnitud. En ningún caso superan el volumen de 50 mm.
En los departamentos de sureste de Santa Fe, como Constitución, también se nota la ausencia de suficiente agua.
En el este de toda esta zona, el afectado no sólo es el maíz. Aunque en menor medida, la soja de primera transita su período crítico de evolución con un fuerte déficit de humedad.
La situación cambia favorablemente en la franja central de las provincias de Buenos Aires y de Santa Fe. Allí el cuadro es razonable.
Acá el cultivo de soja de primera está en muy buen estado y, en algunos casos, excelente. Respecto al maíz temprano se puede aguardar un rinde próximo 100 QQ.
Pero si nos trasladamos hacia el oeste de estas provincias el cuadro se modifica diametralmente. El Niño hace de las suyas.
La zona comprendida por el sureste cordobés, el suroeste santafecino y el rincón noroeste de Buenos Aires la está pasando realmente mal. La soja se muestra con escaso crecimiento por el exceso de agua. Súbitas lagunas, charcos y humedad excesiva no alientan una perspectiva productiva aceptable.
En esta zona, hay partes que durante enero, las lluvias alcanzaron un volumen total superior a 200 mm.
Con este cuadro, donde las expectativas de producción están desmejorando rápidamente, no extraña que los valores en el mercado local se entonen.
Cierta resistencia a desprenderse de mercadería por parte de los tenedores y la posibilidad de que las estimaciones iniciales queden por encima de la realidad final acentúan la diferencia entre el FAS teórico y el real en el mercado disponible de la soja.
Lamentablemente, como está evolucionando la situación, al final de la campaña habrá grandes perdedores y grandes ganadores.
Según sea la región, la situación financiera de los productores variará sustancialmente.
También afectará los planes del Gobierno.
No se puede terminar este comentario sin dejar abierta la posibilidad de voluminosas lluvias para el este. Y así aguardar una mejora.