El cepo cambiario, la imposibilidad de importar insumos, las restricciones a las exportaciones, alta presión tributaria, falta de crédito, falta de transparencia en los mercados, manejo de los precios por parte de los compradores, excesivos controles comerciales, injerencia estatal en las empresas privadas, exorbitantes retenciones a las exportaciones, etc. Y como para ponerle “picante” a ese cóctel que en cualquier momento revienta por los aires, se le sumó “Las Precipitaciones”. Lamentablemente, durante los últimos 10 días estuvimos siendo testigos de lluvias inusuales para esta época del año.
Especialmente por su caudal y virulencia. Caen muchos litros de agua en muy poco tiempo, anegando todo a su precipitar. Las tormentas eléctricas con caída de granizo y muchísimo agua se reiteran diariamente, generando todo tipo de inconvenientes, con inundaciones en campos y cascos urbanos. Los cortes de los caminos vecinales son cosa de todos los días, agravándose la situación con cortes de rutas nacionales como la Nº 8 y la Nº 9. Todo esto genera problemas para el normal funcionamiento productivo, viéndose frontalmente perjudicados aquellos que deben mover mercadería diariamente como los tamberos, productores de huevos, frutas y hortalizas.
Pero este exceso de precipitaciones ya comenzó a preocupar al sector agrícola por excelencia. Los trigales empezaron a manifestar inconveniente de pudrición de tallo y raíces. Hay muchos lotes totalmente anegados, que a pesar de que el agua pueda correr en algunos días, ya estarían en condiciones de considerarse totalmente perdidos. Además, existe revuelco y “planchado” de plantas, porque las lluvias caen con mucha fuerza, quiebran las plantas y estas no se recuperan. Algo similar ocurre cuando en un campo tiene hasta 50 centímetros de agua por varios días, cuando el líquido elemento corre, lleva consigo muchas de las plantas o las aplasta contra el terreno. Todo esto genera incertidumbre en relación de cuanto serán las pérdidas verdaderas una vez que deje de llover y que el agua escurra o sea absorbida por la tierra. En estos momentos las capas freáticas se encuentran abarrotadas sin posibilidades de sorber más agua. Además, en esta época del año las temperaturas son bajas, los días cortos y con poca exposición solar, haciendo todo más lento y dificultoso.
Algunas estimaciones ya indican que la cosecha de trigo 2015/16 apenas llegue a las 9,5 millones de toneladas. Recordemos que los productores trigueros una vez más habían decidido hacer menos trigo que en los años anteriores por los inconvenientes de falta de transparencia de los mercados y porque hoy el trigo no es negocio. Al contrario, muchos están estimando tener pérdidas con la cosecha de trigo, a pesar de que todo saliera bien, tuvieran buenos rindes y que la calidad comercial sea la correcta.
Ahora, con estas lluvias impensadas y las inundaciones en vastas zonas de la pampa húmeda, los guarismos de producción se irán ajustando hacia abajo, hasta que llegue el momento real de la zafra.
Que ocurrirá con las cifras finales de producción de trigo es toda una incógnita. Y debemos considerar que esta producción será cosechada y comercializada en el mandato del próximo gobierno.
Difícil escenario tendrán que sobrellevar los nuevos gobernantes que se encontrarán con poca cosecha de trigo, quizás serios problemas de calidad comercial, bajo ingreso de divisas por las escasas ventas al extranjero, por generarse un pequeño saldo exportable. Y con un sector que todavía no podrá sacar la cabeza del profundo pozo en el que está inmerso.
Un comienzo de año 2016 para el olvido.
Por Alejandro Ramírez - Analista Agropecuario
Fuente: De todo un poco Agro